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Quisiera que todo esto hubiese sido una maldita broma, no quería, simplemente no podía aceptarlo, esto era demasiado, ¿y tu amor?, prometiste que jamás de apagaria.

[...]

"No hay nadie como tú mi amor, por más que busco eres el único al rededor"

Esa canción siempre me metía en un nuevo mundo, reviviendo mi infancia, era muy linda, la primera de las canciones de las cuales quise dedicar, volver a cuándo tenía 12 años, a cuándo tuve mi primer amor.

Me estaba fustrando de más la Universidad, era una mierda, pero yo quería ser alguien en la vida, y empecé por independizarme de mis padres, más bien, de mi padre; el quería la hija perfecta y no iba a permitir que viese como deseaba morir para terminar con tanta presión, porque sí, había intentando suicidarme, de esos suicidios que parecían accidentes; una sobredosis, que me atropellase un auto, caer de las escaleras. Trataba de que fuese así porque no quería ver sufrir de más a mi padre, que pensará que había hecho algo mal conmigo, que por eso me quite la vida.

Tenía dos planes, terminar la universidad, trabajar, juntar dinero; dárselo a mi padre y suicidarme, al menos así no muerte no sería tanto problema, sólo eso quería hacer, me hacía meramente ridícula a mi misma, ya que mis pensamientos suicidas empezaron a temprana edad, ¿quien carajo creería que una niña de 13 años tuviese razones suficientes para suicidarse?, ¿cuáles serían?, no tenía un puto sentido.

Pero lamentablemente así era, mi vida era un asco, yo era el asco, una estúpid a chica forzada a ser perfecta, enamorada de un montón de chicos que vivían al otro lado del planeta, así es, amaba a los coreanos. Desde temprana edad los conocí, ellos me hacían salir un rato de mis pensamientos mierdas y me hacían sentir un poco mejor.

En fin, este era un día como cualquier otro, hacia una de las horribles y pesadas tareas de la universidad, investigaba sobre algunos trastornos mentales; ya que estudiaba psicología, ¿irónico no?

Trabajaba como de costumbre cuando se repente se me fue la señal de WiFi.

- ¡La puta que me parió! - Grité realmente furiosa, probablemente se escuchó en todo el edificio-

Recordé por fin que me había olvidado de pagar la factura de la compañía, tanto trabajo que tenía mal.

Luego de rato pensando que hacer, recordé un café Internet que estaba cerca del departamento, así que opte por ir allí.

Como si fuera obra de mi malísima suerte, mientras me encontraba ahí, casi por terminar, una niña estúpida apagó mi computador, madije a lo bajo, pagué, me retiré; sin mi trabajo, iba realmente molesta, no haría una escena en la calle así que decidí calmarme, mire la hora y era realmente tarde, así que corrí.

Estaba cerca del edificio ya cuando pase por una esquina y una voz para nada familiar me hizo parar en seco.

-Hola... ¿no vas a saludarme, soy un desconocido ahora? - Dijo un chico montando a una moto; con el casco puesto y estacionado en la esquina-

- ¿Te conozco?, no puedo verte. - guiada por tremenda curiosidad me acerqué a aquel chico, el alzo el cristal del casco y me sonrió-

- Cuanto tiempo, ¿como has estado? - Dijo él-

Mis piernas temblaban y no respiración empezaba a fallar, me controle, no podía dejar que me viese así, estaba realmente atónita, un nudo en mi garganta de llevo las palabras, no podía creer lo que mis ojos veían, ¿estaba tan mal que ahora imaginaba cosas?, no procesaba que era él, que realmente era él...

Again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora