El Maestro [KimCop]

Capítulo 3

Kimmon

“Qué te parece si esta noche vamos al bar?” Copter sonrió expectante.

“No digas tonterías, tengo mucho trabajo y tú sólo eres un niño”

Desde el día en que Copter y yo nos volvimos a encontrar, no he tenido un sólo día de paz. He cometido uno de los peores errores de mi vida, sé que ya es muy tarde para lamentar lo que hice, pero no puedo evitarlo, cómo podría fácilmente ignorar el hecho de que me acosté con un chico de 16 años, y lo que es peor, no puedo sentir mucho remordimiento al respecto quiero decir Copter es muy lindo y…en qué demonios estoy pensando? no importa cómo lo vea esto está mal.

Desgraciadamente parece que soy el único que piensa de esa manera, ya que Copter no ha dejado de venir a verme a la sala de maestros durante sus recesos. Ya no sé qué hacer para mantenerlo alejado de mí, no tengo nada en contra de él pero por el amor de Dios tiene 16 años! 16!!! Incluso podría ir a la cárcel.

“Oh vamos solo tomaremos una copa” Copter volvió a insistir con un puchero.

“Ya te dije que no” dije con irritación “y una cosa más, por qué desperdicias tus recesos aquí, por qué no vas a hacer amigos de tu edad?” traté de poner más énfasis en la palabra edad.

“Me gusta más hablar con usted, me gustaría mucho poder ser su amigo señor Varodom” confesó con sinceridad.

Se me hizo difícil no sentirme conmovido con sus palabras, sin embargo no puedo ceder a su encanto, debo marcar ciertos límites antes de que todo se complique.

“Haz lo que quieras, pero estás consciente de que esta es la sala de maestros verdad?”

“Huh? Pero yo tengo permitido estar aquí ya lo olvidó?”

Bueno eso es verdad, este niño travieso de alguna manera logró idear una mentira para no levantar sospechas.

Flashback

“Profesor Varodom quiere explicarme por que ese estudiante siempre está en la sala de maestros con usted?” la rígida voz de mi superior me hizo estremecer, ni siquiera podía levantar la mirada por temor a que sus ojos llenos de desaprobación me perforaran.

“Yo...uhm pues… la verdad es…” me sentí tan estúpido al no poder decir nada coherente, aún no sé bien si llamarlo milagro o desgracia, lo que sí sé es que en ese momento Copter llegó para salvar mi pellejo.

“Todo es mi culpa señor” Copter habló con firmeza.

“A qué se refiere jovencito?” Mi superior se veía cada vez más impaciente, ya casi podía sentirme sin trabajo.

“Lo que sucede es que el profesor Varodom es un viejo amigo de mi padre, lo conozco prácticamente desde que nací, siempre lo he visto como un hermano mayor”

Mi mandíbula prácticamente cayó al piso, como podía ser tan descarado para mentir de esa manera. Como si mi jefe pudiera creerle.

“Pero eso no explica porque está todo el día con él” el anciano levantó una ceja incrédulo.

“Estar con el profesor me recuerda a mi padre” Copter dijo en voz baja.

“Disculpa?”

“Mi padre nos abandonó hace 5 años, no hemos sabido nada de él desde entonces, y el señor Varodom siempre ha sido tan amable con nosotros que estar con él me hace sentir como si estuviera viviendo en el pasado, cuando mi padre estaba conmigo”

El rostro de Copter era tan miserable que incluso yo estuve a punto de creerle. En cuanto miré a mi jefe puedo jurar haber visto sus ojos nublados como si algunas lágrimas estuvieran a punto de salir, no había duda de que ese demonio con cara de ángel había logrado convencerlo.

Fin del Flashback

“No me gusta llamarte Señor Varodom, puedo llamarte P'Kim?” Copter preguntó con ojos brillantes.

“De ninguna manera” negué con firmeza, pero desde luego él no se rendiría.

“Pero si vamos a ser amigos, no puedo estar llamándote como a un viejo todo el tiempo”

“Nunca dije que seríamos amigos y a quien le dices viejo?” Resople con mal humor, sin embargo Copter soltó una pequeña carcajada y antes de que me diera cuenta yo mismo estaba sonriendo solo por verlo tan feliz. No puedo entender porque su sonrisa parece adormecer mis sentidos. “Por qué tienes tanto interés en que yo sea tu amigo?” Tenía que saber.

Copter pareció pensar un poco antes de responder “Es solo que tú y yo somos iguales y no sé cómo decirlo pero me hace sentir que no estoy solo”

Por primera vez desde que nos conocimos, pude ver una expresión seria y madura en su rostro. Lo entendí a la perfección. Cuando tenía su edad también me sentí solo muchas veces, un extraño entre los demás chicos de mi edad. Mientras continuaba mirándolo, sentí un abrumador deseo de abrazarlo, pero él no tenía que saberlo.

“Si me llamas P'Kim delante de otros alumnos, haré que repruebes en literatura” dije de la manera más indiferente que pude, sin embargo una vez más lo único que pude ver en respuesta fue otra de sus cautivadoras sonrisas.

Continuará...