Flores del Mal

Capítulo 1. Photograph

Título: Photograph

Resumen: Oneshot inspirado por la canción Photograph de Ed Sheeran.

"La indecisión es el ladrón de la oportunidad." Jim Rohn

Hay personas valientes que sin pensar mucho deciden tomar un camino porque confían en su corazón. Aristóteles siempre fue uno de ellos, su abuela no paraba de repetirle que "El corazón no se equivoca" por lo tanto él se dejaba guiar por sus emociones. Él mantenía una comunicación fluida con su corazón pero comenzó a no entenderlo cuando conoció a Cuauhtemoc Lopez. Su mente le dictaba un camino mientras en lo más profundo de su ser ese órgano que bombea sangre le gritaba por seguir otro.

Llevaba días enteros metido en el mismo problema, era una ecuación sin una respuesta lógica, o quizá la solución más viable le asustaba.

—Pancho ¿Estás bien? —La voz de Susana captó la atención de todas las personas aglomeradas en la sala de espera.— Debes calmarte.

Aris se puso de pie para correr hacia donde un par de personas sostenían al Señor López, nunca había visto tan serio y devastado a tan alegre personaje, el corazón del adolescente se hizo pequeño, se comprimió a tal grado de emitir punzadas dolorosas por su cuerpo, se quedaba sin aire. Los balbuceos escapando de los labios de ese hombre arrebataba cada aliento dejándolo sin fuerzas.

—No Laura, no puedes llevarte a mi Temo.— EL hombre de peculiar bigote repetía una y otra vez mientras personas lo sostenían, lágrimas bajaban por sus mejillas.—A mi Temo no te lo puedes llevar, todavía no. Es solo un niño.

El adolescente Córcega dio un par de pasos hacia atrás. No, él no podía morir, una mano toco su hombro se giró para ver a su madre pero entonces su rostro se contrajo por el dolor, negó con la cabeza y un nudo se hizo en su garganta.. Entonces se percató que el resto de los presentes lo miraban fijamente, instintivamente llevó los dedos a su rostro para descubrir que enormes lágrimas bajaban por sus mejillas. ÉL no necesitaba ser consolado, Temo saldría adelante, él le ayudaría acabar con el odio en el mundo.

—Aris..—Una voz de otro familiar se escuchó, el mencionado se dio media vuelta para correr por el pasillo.

Su mejor amigo, el chico que trajo luz a su mundo cubierto por las sombras no podía morir, necesita verlo sonreír, tartamudear, necesitaba ese guiño de ojo en el cual le transmitía una infinita paz. El chico de rizos rebeldes recorrió diferentes pasillos hasta llegar a una puerta y simplemente la abrió para ingresar, no le importaba si era sacado a la fuerza del Hospital pero necesitaba verlo, tocar su piel, comprobar que aún respiraba.

Con paso lento y temeroso fue acercándose a la cama, ahí yacía su mejor amigo con una escarola en la mano izquierda y cables pegados a su cuerpo. Un pitido a lado registra los latidos de su corazón con temor se animó a tomar la mano derecha, nuevamente esa descarga eléctrica característica erizo cada vello. Su corazón era una brújula que perdía el rumbo al tenerlo cerca. Sin saber la razón llevó aquel dorso a su labios y depositó un cálida caricia.

—No puedes dejarme, quédate conmigo Temo.—Comentó con áspera voz sin poder detener el flujo de lágrimas por su joven rostro.—Aún nos falta mucho camino por recorrer.

Por primera vez Aristóteles se quedo sin palabras, deseaba gritar mil y un monólogos de cómo el mundo es un mejor lugar gracias a la existencia de Cuauhtémoc López, pero ninguno en ese momento tenía sentido. Pegó la mejilla al dorso para sentirlo más cerca, deseaba que esa piel que les estorba desapareciera para fusionar sus almas como una sola.

—No quiero perderte.—El chico se recargó en el regazo aunque una máquina le dice que el corazón del enfermo late, él necesita escucharlo.— Quédate conmigo, no me dejes sin los colores del arco iris.