piel morena

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Frente al monte Olimpo,
En tierra blanca,
Nutría mis oídos con la marea,
Y mis pies en la cálida arcilla costera.

Ahí estaba yo,
Bajo el sol cálido de verano,
Dónde las mujeres eran de mármol
Con detalles de cerezo.

En esa utopía visual,
Junto al capricho alemán,
Una diosa caminaba Junto a los mundanos,
Jactándose de su perfección.

Pasó lento, curvas peligrosas,
Cuerpo de canela fuerte y dulce,
Sus vibraciones hacían ruido al paisaje,
Y sus ojos, eso es otra historia.

flores nocturnasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora