Llegas a casa cansado de un lunes,
Dejas caer la prenda que cubre tu cuerpo,
Liberando tu esencia carnal.
Tu pelo largo, una mirada profunda.
Las medias oscuras, tu piel blanca.
Una silueta invaluable, real.
No hay placer en el desnudo de un cuerpo,
que no entrega parte de su ser.
Tu confianza, altera mis sentidos.
La inocencia de tu osadía,
Tu desnudes me acaricia la memoria,
Me cautiva aun cuando es efímera.
Con mi verso hago poesía sobre el arte,
Con cada línea te desnudo,
Y por cada segundo recorro mas tu cuerpo.
Desde los confines cósmicos de tus pupilas,
Atravesando la comarca de tus senos,
Hasta la altura de tus nalgas.
