[CAPITULO ÚNICO]

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Londres, 1887

Las manos del detective recorrían suavemente las mejillas del mayor, intentando grabar cada pequeño detalle de aquel rostro dentro de su mente. Cada pequeño pliegue, cada mancha, cada sensación quedaba guardada en su disco duro.

— Watson —susurró, haciendo que un escalofrió recorriera el cuerpo del nombrado— mi querido Watson...

— Holmes ¿esta usted...? —hizo una pequeña pausa, sintiendo sus mejillas arder— ¿estas tu seguro de esto?

— No, no lo estoy, es una idea descabellada el estar enamorado, y mas de un colega mio... pero... ¿que acaso no es así el amor? No puedo evitarlo por mas que lo desee, mi corazón parece rechazar lo que mi razonamiento cree firmemente

Aquellos hermosos ojos color jade estaban posados en los del contrario, generándole una sensación de temor, pero al mismo tiempo de deseo. Una extraña mezcla que era completamente desconocida por el doctor.

— Si no puedes vencer a tu enemigo...

— Únete a él —sentencio el de menor estatura.

Lo siguiente que paso fue una total locura para ambos. El detective había tomado la iniciativa de besarlo, y no cualquier tipo de beso, era uno lleno de cariño y deseo, pues ambos llevaban un largo tiempo aguantando la necesidad de estar así de unidos, de sentir sus labios contra los otros en un armonioso juego del que no había escape.

— Holmes... —susurró su nombre al separarse.

Y todo desapareció.

Londres, 2010

La respiración del joven rubio estaba acelerada y sus ojos bien abiertos clavados en el techo de su habitación, podía sentir de nuevo las secuelas de sus "pesadillas".

Desde hace varios años, mas de los que recuerda, había tenido extraños sueños con ese hombre llamado Holmes. Algunos eran simplemente extraordinarios, en los que junto a el resolvían crímenes casi imposibles y arriesgaban sus vidas a peligros jamas imaginados, pero la mayoría de estos terminaban con muestras de afecto de parte de ambos.

"No soy gay" pensaba el joven John cada vez que se despertaba de alguno de estos sueños, pero le era inevitable notar la mala manera en que su cuerpo reaccionaba algunas mañanas ante esos sueños. Era una pesadilla para el, una pesadilla en la que era cautivo de sus propios sentimientos por un hombre desconocido, pero que aun así le resultaba increíble.

¿Quien era él?

Esa pregunta rondaba su cabeza constantemente, y el por que de esos sueños que casi parecían recuerdos de otra persona. O quizás hasta recuerdos de una vida pasada, en la cual era un doctor enamorado de un detective en el siglo XIX.

— ¿Crees en la reencarnación? —le preguntó a Mike, uno de sus amigos de la facultad.

— Realmente no lo se, ni siquiera la ciencia puede definir lo que pasa luego de la muerte, pero puede que sea un posibilidad

— Es absurdo, en verdad no puede haber una cosa como esa ¿o si? Solo morimos y es todo, es lo que es —dijo el estudiante de medicina defendiendo su punto de vista, del cual ni el mismo estaba seguro.

— No creo que deberías preocuparte por eso, seras un doctor ¿no? Salvarás vidas, intentaras no perderlas —dijo su compañero dándole otra probada a su comida— ademas, hay cosas mas importantes ahora ¿ya tienes un nuevo compañero de habitación?

Esas palabras hicieron que el futuro doctor abriera los ojos algo sorprendido al recordarlo, sus últimos cinco compañeros se había aburrido de él por lo que se consideraba "una persona difícil de tratar".

Bienvenido a casa, mi alma gemela [JOHNLOCK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora