Mis orbes admiran el cielo tinturado de negro, destellos blanquecinos brillando con el oleaje arrullando.
―Estoy a tu lado ―Susurre a tu oído dejando que mi cálido aliento te abrace, deje un casto beso en tu tierna piel del cuello―, mi lugar favorito en este universo eterno.
Permití a mis orbes cerrarse un momento, afianzando mi agarre a tu delicada cintura. Permití a tu aroma penetrar mis fosas: dulce..., tu aroma era dulce más no empalagoso y lo amaba.
Este mismo atrajo recuerdos de mi pasado, de aquellos días nublados en los que no estabas a mi lado, de los significados del arte que en mi llevaba tatuado. Momentos felices y tristes cruzaron de aquí a allá por mi mente; me deje llevar por ellos como si estuviese en el mar y las olas me envolviesen.
Regrese a un día de otoño algo borroso, aunque en ese instante lo sentí calar mis huesos o puede ser simplemente la brisa oceánica que acarició mi piel.
Ese día la soledad me acompañaba y contrastaba perfecto con el vacío de mi casa, encerrado en mi habitación sin hacer nada. Creía haber perdido el sentido de mi vida hace mucho.
Me preguntaba cómo alguien a tan corta edad sufre su agonía en silencio y soledad. Lo cierto era que inconscientemente caía en una depresión tan profunda como el océano mismo.
Me perdía en mis pensamientos y emociones, en mis divagues a media noche, en las sensaciones del vacío que en mí crecía, me perdía en mi mismo tal cual un pequeño niño que a escondidas corría al bosque, se adentraba en él y siendo despistado caía, lloraba y sufría ante el miedo de estar perdido, porque lo desconocido era lo único que él veía.
Sin embargo, llegaste tú: una pequeña estrella que le brindó calor a aquella que pronto se desvanecía.
Te quedaste conmigo lo que resto de mi vida, mis días a pesar de ser grises se sentían bien en tu compañía, incluso la lluvia que una vez me desagrado ahora se cernía a mi piel mientras corría.
Si bien te amé desde ese primer instante en que cruzamos palabras no lo supe hasta tiempo después.
Inusualmente sentía en ti una parte de mí, me atraías cual imán a metal, cual luna llena hace a un lobo aullar. Te percibía como mi otra mitad, tú eres mi par, mi igual.
Inexplicablemente me hacías flotar sin siquiera despegar mis pies de la suave arena sobre la que oso posar.
Nuestra relación empezó, sin siquiera darnos cuenta, algo tan espontáneo como un simple "hola", en ese entonces te convertiste en mi mejor amigo, y lo sigues siendo a la fecha de ahora, pero adquiriste un nuevo título.
Con el pasar de los meses que tuvimos contacto te volviste alguien importante, totalmente fundamental en mí día a día que sin tus buenos días sentía que moría.
No te llevó ni un año adentrarte por completo en mi ser, tomaste mi corazón con tus delicadas manos y lo sostuviste por un largo tiempo, sin yo enterarme.
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existense of a little star | vmin
Fanfiction•.mi existencia, tan diminuta como una pequeña estrella que nació en este universo extenso y eterno.•