-¡KAICHÖ!
"No, no, no, no, no... ¿No tiene nada más que hacer en vacaciones?" -Pensó Misaki.
-¡Hey! ¡Misa-chan!
Corrió a la ventana abriéndola a toda prisa para olvidar al pervertido rubio alienígena llamándola desde el portón de su casa.
-¡Q-que no me llames así! -gritó con el calor subiendo por sus mejillas-.
-Hola, Ayuzawa -sonrió deleitándose del sonrojo de su cara-.
-¿Qué quieres? -dijo malhumorada-.
-Escapemos -dijo él-.
No se lo esperaba así que quedó en silencio para que luego se subiera toda la sangre a su cabeza al ver la expresión pervertida del alienígena.
-¿Q-qué? ¿E-e-escapar? Ni en chiste.
-Sí -sonrió é-, tal vez no hoy porque aun no me quieres lo suficiente para ello -dijo fingiendo dolor. Su mirada paso a ser seria pero con una pequeña sonrisa verdadera-. Quizás, algún día, tú y yo podemos escapar -él observó alrededor, a la situación y continuó-: creo que estamos bien, je. Siempre haces volar mí mente y me haces sentir inseguro...
Totalmente roja y sin habla se sentó de espaldas a la ventana, y contra ella, para que él sólo pudiese ver la parte trasera de su cabeza.
"Estúpido Usui..."
Él continuó hablando, apoyado sobre las inestables rejas que se balanceaban un poco bajo su peso-: sabes que he estado observándote. Cada pequeña cosa que haces -rió levemente y vió el despeinado cabello de la chica-.
-Cada vez que te veo pasar mi salón de clases, hace que mi corazón se acelere. He intentado leer dos veces la misma página, pero mis ojos ruedan a ti. Desearía hacerlo realidad, pero tus labios esán sellados, no es que sea la gran cosa...
>Porque sé que me quieres.He oído a tus amigas hablar sobre mí, así qué ¿Por qué intentas estar sin mí...? y más cuando tú me tienes donde tú quieres...
Sentía la mirada de él quemando su nuca así que puso sus rodillas al pecho y apoyo la cabeza en ellas. Procesando lo que estaba escuchando.
-Ayuzawa, tú me tienes de rodillas, rogando por favor, -Miró la puerta frente a él, no sabíaq si ella se había dado cuenta de que se había adentrado en el patio-, dame un poco de esperanza, con una sonrisa o una mirada, dame una oportunidad más. Y porque tú sabes que me tienes donde tú quieres. No tienes que decir 'para siempre' para que nosotros estemos juntos. Así que escúchame cuando digo 'hey Julieta, quizás algún día, tú y yo podemos escapar. Porque solo quiero que sepas que quiero ser tu Romeo'.
Sonrió él y comenzó a trepar silenciosamente hasta la ventana de Misaki. Se sentó sobre el marco y la abrazó por atras. Todo en silencio aun.
-¿Qué dices? -preguntó él-, hey Julieta.
-¿Cuando p-partimos, Romeo? -contestó Ayuzawa Misaki con una nerviosa sonrisa-.
-Ya mismo, Julieta -sonrió-.
