Parte 1 Un dulce chico

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Capitulo 1. Un dulce chico



Había una vez un pueblito muy pequeño que era habitado por gente sencilla y de buen corazón. Todos los pueblerinos se conocían y se ayudaban mutuamente y a pesar de que eran el pueblo más pobre todos sus habitantes eran felices. También ellos tenían características especiales, de sus cabezas salían distintos tipos de orejas y de su parte trasera colas. Había distintas especies de colas y orejas tales como de gato, conejo, mono, perros y tigres y todos se llevaban bien sin importarles las diferencias no como en otros pueblos que se dejaban regir por las apariencias se sus colas y orejas.

En una de las casas más sencillas de dicho pueblo vivía una pequeña familia de conejos, que era compuestas por Um una madre divorciada y dedicada a su hijo, ella era la única partera calificada de todo el pueblo. Ella enseñaba a dos chicas como atender a los partos y no les cobraba nada y su hijo Pete que ayudaba a su madre en el huerto de su casa y aprendió a cocinar a la edad de 10 años para poder ayudar a su madre cuando ella llegaba cansada del trabajo.

Ellos eran muy queridos por todos ya que ayudaban en todo lo que podían a los que necesitaba de ellos. Pete o como mejor era conocido camaroncito rojo era un chico tierno y hermoso. Su piel Blanca como la porcelana y su pelo oscuro le daban un aire de muñeca de porcelana fina por lo tanto cuando se sonrojada (que era casi siempre por que era muy tímido) todo su rostro y cuerpo se sonrojada dulcemente lo cual en broma le comenzaron a llamar camaroncito rojo. Sus orejitas de conejito eran tiernas ya que eran blancas y esponjosas como su tierna colita.

Pete al vivir en un pequeño pueblo donde sus habitantes eran todos gente buena no sabia de malicia alguna y más por que era cuidado como el tesoro del pueblo. El tenia una abuela que vivía en el pueblo vecino que llevaba enferma una semana de una gripe muy fuerte. Su madre no podía ir a llevarle la medicina ni las frutas que semanalmente le llevaba ya que al ser la única partera competente en todo el pueblo su presencia era requerida por que una familia de monitos iba a tener muy pronto a sus bebés por lo que con preocupación llamó a Pete que estaba en el patio leyendo un libre de fantasías que era su favorito.

- Pete ven hijo necesito que me hagas un favor

- Claro mae, que necesita que haga

- Tu abuelita está muy enferma cariño y quiero que le lleves esta canasta

- Con gusto mae así le haré un poco de compañía

- Gracias cariño, toma y esto es para el camino (dijo mientras le daba una más pequeña) es por si te da hambre

- Gracias khaaa

- Y recuerda no hablar con desconocidos mi camaroncito rojo

- MAE

Sin esperar más se dio la vuelta todo rojo mientras escuchaba la melodiosa risa de su amada madre. Con tranquilidad se fue adentrando al bosque mientras saludaba a todo a que se cruzaba en su camino y escuchaba sus consejos.




                                                                                                                                 

Camaroncito RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora