¿Qué costo tiene el amor?

Segunda Parte

  Los personajes de este Anime/Manga no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Solo los utilizo para entretener, por otra parte este two shot es de mi autoría, por tanto no permito que se reproduzca, edite, inspire o suba en otra plataforma sin mi previo consentimiento.

Este two Shot contiene situaciones para adultos, léelo bajo tu propia responsabilidad, debes tener mente abierta, después no digas que no advertí.
Sin más que decir espero lo disfruten.   

 ¿Qué costo tiene el amor?
Segunda parte.
<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Después del consentimiento que había dado a mi familia, no tardaron mucho tiempo en presentarme al hijo mayor del señor Naraku, su nombre Bankotsu, creí que mi destino no estaría tan mal cuando lo vi por primera vez, era realmente guapo, inteligente, y tenía una sonrisa ladina que volvía loca a cualquier adolescente, pronto inicio sus estudios en la misma preparatoria a la que yo asistía, y con mi familia nos mudamos al sector más exclusivo de Japón, donde obviamente vivía la familia Banryu.

Al poco tiempo de conocernos, el amor floreció, o por lo menos de mi parte fue así, un amor de esos que se te inyecta por todo tu cuerpo, y te hace sentir en las nubes, tal fue el amor que sentí por él, que no dude en entregarme en cuerpo y alma a la tierna edad de 17; en esa época fui feliz, construí castillos en el aire, y me hice a la idea de que Bankotsu era mi príncipe azul, mi hombre ideal, pero mi felicidad duro, lo que dura la pausa de comerciales de tú programa favorito, todo lo que construí se derrumbó cuando vi con mis propios ojos lo que Miroku me había advertido, Bankotsu resulto ser un mujeriego, un día pude ver como salía con su uniforme completamente desarreglado, su respiración agitada y su cara de satisfacción, con nuestra profesora de gimnasia de una de las bodegas de la preparatoria, no se necesitaba ser experto para saber que habían tenido sexo, en ese entonces decidí callar, lo peor, esa no fue la única vez, sus infidelidades se hicieron más frecuentes, o quizá siempre lo fueron, y lo que se hizo más frecuente fue que yo lo descubriera, con mis compañeras, demás profesoras, y chicas desconocidas, pero nuevamente todo lo calle, tenía un compromiso con mí y no podía fallarles.
Con el paso del tiempo mi vida se convirtió en un círculo vicioso, donde siempre le disculpaba todas las infidelidades, una y otra vez, donde aparentábamos ser la pareja perfecta ante nuestras familias, había perdido la cuenta de las mujeres con las que se había acostado en esos años de relación, al principio el corazón me dolía más de lo que quisiera admitir, se fragmentaba cada vez en trozos más y más pequeños, hasta que finalmente se formó un profundo hueco en mi pecho, ya no sabía si lo que sentía era dolor, sufrimiento, soledad; un día supe que el amor que llegue a profesarle había muerto; Decidí ignorar sus viajes fugaces, sus noches de fiestas, sus ausencias en las reuniones familiares, ya todo daba igual, incluso en la cena de nuestro compromiso tuve que inventar una y mil excusas a mis padres y a mi suegro por su repentina desaparición después del despreciable discurso sin amor de mi pedida de mano, quien estuvo siempre a mi lado fue Miroku quien siempre reprocho mis decisiones ya que era el único que sabía de fondo toda la verdad.

Con el pasar del tiempo me había resignado a mi destino, lo cumplí como mis padres lo habían dispuesto, se podía decir que era una santa, mojigata, monja, no había disfrutado de los pequeños placeres de la vida como, fiestas, alcohol, sexo con otra persona que no fuera Bankotsu, mi único escape eran mis estudios, todo marchaba tal cual lo planeado entre las dos familias.
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Una, dos, seis, nueve cervezas había bebido ya, estaba cantando como cual despechada en ropa interior por todo el apartamento, escuche como en repetidas ocasiones mi celular sonaba, no quise prestarle importancia en un principio, pero su insistencia me obligo a recibir la llamada.
- Diga – trate de sonar lo más normal posible, pero mi estado de ebriedad había llegado a ese punto en que ni siquiera se puede mover la lengua.