- ¿Puedes repetirme de nuevo por qué tuve que venir? - habló desde el asiento trasero con hastío.
- Porque usted se comprometió a venir, ¿acaso no lo recuerda? - contestó su siempre fiel mayordomo viéndole desde el espejo retrovisor del lujoso auto que iba conduciendo.
Bruce bufó enojado recordando el momento en que aceptó ir como acompañante de su mejor amigo Clark a un baile por el día de San Valentín. Todo estaría bien, sino fuera por el hecho de que dicho evento sería en la preparatoria del joven scout. Fuera de la ciudad. En Kansas. Específicamente en Smallville.
- Ni que lo digas - murmuró. - No sé qué tiene de especial un rodeo.
- No debería juzgar, joven Bruce. - sintió la pesada mirada de Alfred sobre él a través del espejo. - Que usted tenga dinero no lo hace un niño mimado.
El mayordomo guardó silencio por un par de segundos meditando lo que diría a continuación y prosiguió con su monólogo.
- Aunque pensándolo bien, si es un poco mimado. - afirmó y él no pudo más que poner los ojos en blanco.
- Yo no soy mimado - refunfuñó cruzándose de brazos y hundiéndose en el asiento. Bueno quizás Alfred tenía razón. Quizás.
- A lo que me refiero es que no debe dejarse llevar por prejuicios y apariencias. - elevó un poco su rostro observando que el mayor había dejado de prestarle atención a él y mantenía su mirada fija en el camino - Cambie ese rostro, estamos por llegar y no es nada bueno que el señor Kent lo vea con ese gesto en pleno San Valentín.
No pudo evitar sonrojarse ante tal comentario. No entendía por qué su mejor amigo le había pedido a él ir como su acompañante en una festividad tan... íntima.
- A Clark no le importa y si lo hiciera a mí tampoco me importaría.
- En ese caso tiene 10 segundos para reconsiderarlo. - el auto dejó de moverse cuando aparcó frente a un gran edificio.
Okay, Bruce se había apresurado a sacar conclusiones sobre aquel lugar, pues no era más diferente que su propia academia en Gótica. La única diferencia es que aquí no había gente estirada y los estudiantes iban a lo que se suponía todos deberían: divertirse.
Alfred bajó del auto y le abrió la puerta para que él también bajase. Apenas puso un pie fuera y fue abordado por el culpable de que él estuviera ahí y no leyendo en su propia biblioteca con galletas y té preparados por su mayordomo.
- ¡Si viniste! - exclamó con euforia el boy scout abrazándole en el momento.
- ¿Por qué no habría de venir? -contestó sobriamente cuando el chico le hubo soltado.
- No lo sé. No te gustan los bailes y siempre dices que San Valentín no es más que otra fecha comercial - Bruce rodó los ojos y observó el atuendo que traía Kent. Un pantalón ajustado negro, camisa blanca (adornada con una corbata roja) y un saco color azul que le hacía juego con sus ojos. Vestía casual, pero acorde a la situación. Le gustaba.
Sonrojado, por ese último pensamiento, optó por guardar silencio y desviar la vista hacia otra parte intentando a toda costa no hacer contacto visual con el menor. Hubiera seguido así de no ser porque Alfred aclaró su garganta para hablar.
- Le recogeré a las 11:30. - sentenció el mayordomo mirándole fijamente, probablemente mofándose en sus adentros de la situación. - Señor Kent le pido que cuide del amo Bruce.
- ¡Claro que eso haré, Alfred!
Con un simple asentimiento de cabeza y una última mirada a su amo, el mayor procedió a subirse al automóvil y emprender viaje hacia Gótica de regreso.
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All of me
RomanceBruce bufó enojado recordando el momento en que aceptó ir como acompañante de su mejor amigo Clark a un baile por el día de San Valentín. Todo estaría bien, sino fuera por el hecho de que dicho evento sería en la preparatoria del joven scout. Fuera...