14 de Febrero, 2019
Quiero escupir sobre la tarjeta color rosa con palabras empalagosas.
El rosa chicle me produce desagrado y las palabras azucaradas me hacen contener la risa.
Estúpidos enamorados.
Miro al chico que me ha regalado esta tarjeta que parece derramar miel y luego miro la caja de chocolates.
No me gusta el chocolate.
Vuelvo a mirar al chico con el que solo tengo un mes de relación y nada de sentimientos.
"Esto me pasa por hacerle caso a la idiota de mi hermana y a mi insistente madre, no debí haber aceptado ser su novia"
—Escucha amigo, no aprecio tu regalo y no me gusta el chocolate, pero lo intentaste. Ahora aquí va la noticia impactante: Terminamos. Eres un hombre libre.
Se encoje de hombros y realmente no me sorprende su falta de reacción, es su manera de decirme que no le importa.
Me levanto de la mesa decorada con manteles blancos y rojos y camino fuera del restaurante.
Mientras más me alejo por la acera capto varías parejas empalagosas decirse palabras cursis, besos, abrazos y regalos.
Creo que me ha dado diabetes, incluso me han salido caries.
Estúpidos.
Camino con mayor rapidez.
Debí haberme quedado en mi departamento viendo caricaturas o alguna cosa menos dañina para la vista que este ambiente rosa chillón y rojo pasión de mierda me otorga.
No siempre estuve en desacuerdo con el amor. Antes yo estuve enamorada y me rompieron el corazón.
Luego di otra oportunidad para terminar con el corazón en pedazos.
Luego me enamoré con fuerza y no fui correspondida.
Tres amores fallidos.
Tres veces con el corazón roto.
Desde entonces estoy en campaña "No al amor". Sería una buena idea sino hubiesen tantas personas enamoradas.
"Ah, solo estoy resentida"
Supongo que seguiré siendo yo sola contra el amor.
Cruzo a la izquierda, continúo derecho, doblo en un callejón, camino 30 pasos y giro a la derecha para luego caminar entre algunos árboles y finalmente encontrar el pequeño puente que conecta esta parte de la ciudad con la otra.
Lo precioso del lugar es como el cielo estrellado se refleja en el agua del río que está debajo del puente.
Descubrí este lugar luego de una tarde estresante en el trabajo y salí a caminar, sin rumbo, sin destino fijo. Tan solo me dejé llevar y cuando menos lo esperé estaba parada es medio de este puente de piedra gris.
Suspiro y humo blanco sale de mis labios. Hace frío. El olor a humedad llena mi olfato y sé que va a llover, pero quiero quedarme otro rato.
Hoy es 14 de febrero y hay personas pasándose saliva en cada rincón de la ciudad.
Bufo.
Gran día para los comerciantes. Debería abrir una tienda de peluches y flores, también debería agregar dulces.
Casi me río de mi misma y de mis pensamientos sin sentido.
Pongo las manos sobre el apoyo de metal y miro el cielo. Poco a poco las estrellas desaparecen y nubes blancas quedan sobre mi cabeza y toda la ciudad.
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San Valentín
RomanceTal vez no fue amor a primera vista. Dos extraños en un puente. Una botella de Ron y una borrachera hicieron que se unieran dos corazones desconocidos.