Estaba oscuro, muy oscuro, aún así podía escuchar a alguien gritando, no, no era una sola persona, eran dos, estaban discutiendo.
Trató de moverse, pero extrañamente no pudo ni sentarse en su cama, ¿Que ocurría?.
Trató mirando al rededor, vio peluches, vio cosas que usualmente vería en una cuna... Oh, estaba en una cuna.
¿Por que mierda estaba en una cuna? Seguramente estaba soñando. Trató de hablar, pero logró balbucear, genial, era un bebé, ¿Que mas faltaba?. Se quedó ahí quiero un momento, no es como si pudiera hacer mucho, era un bebé, los bebés son inutiles.
Mentiría si no dijera que se asustó cuando escuchó la puerta y pasos en la habitación, más cuándo vió que bajaban el barandal de la cuna, aunque no esperaba encontrar un rostro familiar, algo distinto a como está acostumbrado a verlo, pero un rostro familiar de todas formas.
Un niñito de no mas de cuatro años, un par de pecas esparcidas por sus mejillas, ojos tan negros como su cabello lleno de rizos, piel pálida, no tanto como está acostumbrado a ver, y algo que le sorprendió, la tan distintiva marca gris a la derecha del rostro de su hermano no estaba. Algo era distinto, no recordaba a este Draw, verlo con un leve color rosado en las mejillas, ver esos ojos brillantes y llenos de vida, verlo tan sano, simplemente se le hacia extraño.
—No quiero que te preocupes, angelito, pero mami y papi están peleando— Dijo Draw mientras lo tomaba en brazos, se notaba que tenia algo de dificultad para hacerlo, pero no la suficiente como para dejarlo caer— Pero tranquilo, no voy a dejar que te pase nada, es mi deber como hermano mayor —¿En serio su hermano tenia problemas para pronunciar la letra "r" cuando pequeño? ¿O era parte del sueño? Fuera lo que fuera, el azabache parecía decidido a protegerlo de lo que ocurriera, sinceramente, no tenia idea a donde iba a ese sueño.
Comenzaba a preguntarse si su hermano era estúpido o era solo la curiosidad de un niño, pues salio de la habitación y bajó las escaleras, yendo directamente a la discusión, la verdad se sorprendió al ver que habían mas personas ahí además de sus padres, pero no les presto atención, estaba mas ocupado viendo a quienes peleaban.
Su madre, ella no se veía tan diferente a como se veía ahora, aunque tenia una expresión cansada y triste, muchas heridas en los labios, como si se los mordiera a cada rato, y no pudo evitar notar algunos razguñones en su cuello, aunque se veían en su mayoría tapados por el largo cabello castaño que lucia en esa época, desaliñado y con rizos en algunas zonas, fuera de eso no veía muchas más diferencias físicas, llevaba manga larga, nunca la había visto con manga larga, no tenia las uñas pintadas y quizá no estaba tan desarrollada, no sabia, no tenia ganas de seguir fijándose en ella, el joven que le estaba gritando ahora le parecía mil veces más interesante.
No podía dejar de verlo, ¿Ese era su padre? Dios, se parecía muchísimo a él, facciones marcadas, nariz respingada, cabello lacio, algunas pecas, ojos claros (Bueno, Kill tenia ojos claros). Claro que también tenia cosas que le recordaban a su hermano, como lo negro de su cabello, la palidez de su piel, la peculiar marca gris bajo su ojo.
¿De verdad era su padre? ¿O era alguna clase de representación creada por su subconsciente? Miró a su hermano como buscando respuestas, sabiendo que no las iba a encontrar, pero solo se encontró con la valentía del mayor flaqueando, era solo un niño pequeño, después de todo.
—Dylan, en serio, deberías relajarte un poco, vinimos a pásala bien, no a que ustedes dos se griten—Dijo uno de los presentes, interviniendo por fin. Era alguien a quien no conocía, una chica, tenia lentes y una coleta de caballo alta.
—De hecho, estoy de acuerdo con la Fran, tus dos hijos están ahí y Draw parece a punto de llorar —¡A él si lo conocía! ¡Era su tío Letuse! Tampoco de veía muy cambiado, quizá él cabello un poco más corto.
Su padre bufó, ¿Así que se llamaba Dylan?—Sinceramente ya no me importa, ¿Quien dice que si quiera quería tener a esos niños? —Le dolieron las palabras de su padre y la sinceridad con la que las dijo, pero al parecer a su hermano más, pues había comenzado a llorar, ahí alguien se levantó y fue hacia ellos, le costo un momento identificar quien era, pero terminó por notar que era su tío Gabriel, era extraño, llevaba el pelo larguísimo, una sudadera bastante grande y falda, no parecía él, aún así se acercó a los niños, tomó a Kill con cuidado y se lo entregó a quien hace un rato habían llamado "Fran", sinceramente le causaba algo de desconfianza, pero ver como su tío Gabo tranquilizaba a Draw era mas interesante que pensar en la desconocida.
La discusión seguía, su madre le gritaba a su padre que se fuera de una vez, que los dejara en paz, que solo traía dolor a su vida, y él le decía que era una inútil, que no iban a salir adelante sin él, entre otras cosas.
Aunque todo se silencio en cuanto la ira el la mirada de su padre fue demasiada y pareció explotar.
Esa explosión fue un puñetazo en el rostro de su madre.
Su tía Catalina junto con su tío Héctor fueron los primeros en levantarse.
Por supuesto, luego todos se juntaron, alejaron a su madre de su padre, y echaron al instante a su padre, el tío Letuse le tiró una maleta con ropa de quien sabe donde.
Luego de un rato, con el tío Gabriel con Draw dormido en sus piernas y con la tía Fran tratando de hacerlo dormir a él, su madre apareció, tenia el rostro lloroso y el rastro de un golpe en la mejilla que ya se estaba inflamando, de un momento a otro sintió la necesidad de que su madre le prestara atención y le diera mimos, una necesidad que no sentía hace años.
Estiró sus bracitos a la castaña, ella sonrió, una sonrisa sincera, libre, esa tristeza en su mirada parecía haberse ido.
En cuanto su madre estuvo a punto de tocamarlo, despertó.
Estaba en su habitación, un desastre como cada mañana. Pasó una de sus manos por su blanco cabello, ¿Que había sido ese sueño?
No lo sabia, pero definitivamente no quería olvidar ningún detalle, así que rápidamente tomó una libreta y un lápiz que siempre guardaba en su mesita de noche, y anotó todo lo que recordaba mientras seguía fresco en su memoria.
Ahora tenía que ir a desayunar con sus hermanos y su madre, quizá podía preguntarle algunas cosas de paso.