Junto a ti.

PROLOGO.

Ella pensó que todo era normal entre sus fantasías por las noches, y los insomnios que se apoderaban de ella.

Jeybell…  Jeybell Ciafrone una chica dulce, carismática y  con buenas calificaciones, la hija del que todo padre quisiera alardear orgullosamente.

Bueno, esa era ella hasta que un día empezó a tener esos horribles sueños que se sentían tan reales que la asustaban,  por lo menos al principio.

Ya no recordaba cuando empezó a soñar esos momentos que nunca había vivido y sin importar que hiciera no dejaban de repetirse.  

Cada noche cuando se acostaba  rezaba para que no volviera a suceder, lo que realmente noche tras noche era inevitable. Revivir esos momentos que jamás había vivido donde tantas personas morían, sin censura, pero  no solo eso le extrañaba y de lo que quería explicación, era que, siempre el escenario que se mostraba en tales sueños era tan diferente, no tan, era diferente en todo, desde el tipo de piso hasta los colores del cielo de aquella noche que ella recordaba.

Jeybell, tenía que superarlo, o al  menos eso se decía cada noche, al intentar dormir. Pero en ningún momento dejo escapar los recuerdos…

Algo la detenia, y no sabia que…

Jeybell no solo empezó a experimentar esos tormentosos sueños si no que empezó a ver aquella sombra que le indicaba lo que ocurría… Pero ella lo único que recordaba era aquella dulce voz, cerca de su oído diciéndole ‘Quédate junto a mí’.  Aun así, eso no respondía sus dudas, y no desterraba esas memorias de su cabeza.

Era tan fuerte aquello que ella sentía que cada noche era tan horrible, pero esa voz era la clave de la calma solo que aparecía 5 minutos antes que se despertara luego de haber experimentado esas sensaciones nuevamente.

Jeybell termino por beber, drogarse, buscar la manera de terminar con eso de una sola vez pero solo se volvía peor, y aquella voz dulce y tranquila se volvía demandante. Era como su conciencia pero a la vez no, era raro. EXACTO raro. Esa voz era dulce cuando ella no intentaba olvidarla, pero cuando se hundía ella misma se volvía demandante y solo provocaba asustarla.

A la final, termino por  aprender a vivir con ello, cambiando su estilo de vida, y horarios de sueños como de trabajos. Ya era bachiller, ya tenía la libertad de poder buscar un trabajo que cumpliera con sus requisitos existenciales.

Que será de ella, que le deparara esta vida?.