Tocar fondo. CAMREN

Parte 1

POV Lauren

*Flash Back*

Llevaba horas llorando en mi habitación, desde que me había separado de mi mejor amiga Vero todo mi mundo se había caído a pedazos. Ella y yo éramos inseparables, incluso a veces la gente creía que éramos hermanas porque estábamos todo el día juntas. Pero todo acabó por mi estúpida personalidad, por no saber decir que no.

La cosa fue así, en mi escuela de ese entonces, cuando pasabas a la secundaria, tenias que elegir a uno de tus compañeros para compartir curso, solo a uno. Que tiene de malo eso si yo tenía a Vero pensaran ustedes? Bueno, paso a explicarles, había una compañera, Lucy, que estaba demasiado sola siempre, y ella me pidió para que nos elijáramos juntas, y ahí cometí mi primer error. Le dije que si, y fue por lastima. Nunca tomen una decisión por lastima, por cierto. Hasta ahí todo bien, el problema fue cuando Vero me pidió lo mismo, y también le dije que sí. Tenía dos propuestas aceptadas y sabía que a una le tenía que fallar.

Tenía dos opciones o elegía a Vero que era lo que en realidad quería ya que llevábamos años siendo amigas, pero a su vez ella también tenía otras amigas con las cuales poder elegirse, o elegía a Lucy para no dejarla sola, ya que nadie quería estar con ella.

Como se habrán dado cuenta, elegí a Lucy, y cuando llego el momento de comunicárselo a Vero, esta no se lo tomo para nada bien, y de un día para el otro dejo de hablarme, incluso pasó a ignorarme y rechazar todas mis invitaciones. Ese día la perdí, y ME perdí.

Ese día las ideas de muerte aparecieron por primera vez en mi cabeza. Y 1 año después de eso decidí contárselo a mi madre. Por eso cuando golpeo la puerta de mi habitación no me moleste en secarme las lagrimas y ocultar mi rostro con la almohada como siempre hacia.

Cuando me vio elevo las cejas sorprendida como si no supiera que es lo que estaba pasando y se acerco a mí.

—Hija que pasa? —pregunto con preocupación.

—Pasa que estoy triste, eso pasa ma. —le conté.

—Pero por qué hija, que paso?

—Por lo de Vero ma, no es obvio? —levante la mirada incrédula.

—Todavía seguís mal por eso Laur? Ya paso un año...—Comento acariciándome el pelo.

Y no, claramente no me entendía ni un poco.

Seguimos hablando por un rato, pero ella no consiguió que parara de llorar. Y finalmente lo solté, fue como si me sacara un gran peso de la espalda.

—Mamá, quiero morirme. Quiero matarme, no aguanto más...

—Ay hija que decís! —rió, risa que murió al ver mi seriedad. — Vos me estás hablando en serio Laur?

Asentí.

Me abrazó fuertemente y sentí un par de lagrimas mojar mi hombro mientras lo hacía.

Pero solo fue eso, no hizo nada más, al otro día actuó como si nada hubiera pasado, y eso me destruyo aun más.

Yo no le importaba.

*Fin del Flash Back*

Acababa de tomar una decisión, algo que haría que todo cambie. Lo único que hacía falta para deshacerme de todos mis problemas. Los cuales iré detallando a medida que les cuente mi vida, o tal vez hasta mi muerte también.

Caminaba sola con un destino fijo, el gran edificio Panorama Tower, el más alto de Miami.

Que iba a hacer? Eso ya todos lo sabemos o por lo menos lo suponemos.

Estaba tratando de que ninguna lagrima se escapara de mis ojos, pero claramente no funcionaba mucho, de todos modos nadie pareció darse cuenta, entre al edificio tratando de que nadie me notara, no tuve que llamar al ascensor ya que este estaba en planta baja. Subí y marque el último piso el numero 82. Quería asegurarme de que si iba a hacer esto tenía que hacerlo bien, no podía haber fallas o resultados no esperados. Después de unos minutos los cuales se me hicieron bastante extensos, llegue al último piso, aun me quedaban las escaleras que daban con la azotea, así que me dispuse a ir hacia ellas.

Una vez arriba me sorprendí enormemente con la escena que me encontré, y todas mis lágrimas y mis pensamientos negativos desaparecieron.

Al principio me quede inmóvil observando sin saber qué hacer, pero enseguida reaccione y corrí. Corrí hasta donde ella estaba.

Era una chica castaña, no podría describirla mucho mejor porque solo se le veía la espalda y el pelo. Pero el motivo de mi sorpresa es que ella parecía haber tenido el mismo plan que yo al venir hasta aquí. Estaba sentada sobre el borde de la azotea mirando hacia abajo, como buscando el punto exacto en el cual tirarse.

Sin pensarlo en cuanto llegue a ella la jale hacia atrás ocasionando que ella cayera encima mio.

—Estas bien? —Pregunte con una mueca de dolor. Me había golpeado la cabeza.

—Estás loca!? —Recrimino enojada. —Podrías haberme tirado por accidente! O es eso lo que en realidad querías hacer? —entrecerró sus ojos.

—Que!? No, claro que no! Solo intentaba ayudar, sea por lo que sea que estés pasando no lo hagas, no tienes que hacerlo...

—Que no haga que exactamente? —Se la veía confundida.

—No te tires, por favor no lo hagas...