Hola *w* aviso de que esta no es la historia graciosa y típica de San Valentín a la que os acostumbré, pero últimamente no tengo mucho tiempo para escribir, por lo que hago lo que puedo para escribir el capitulo semanal, sobrevivir y en este caso escribir una historia para un día especial xD espero que os guste igualmente
¿2+2=14?
Capítulo único
La joven de cabellos castaños no podía creer lo que estaba sucediendo, quería gritar de la rabia e incluso llorar si eso ayudase en algo, pero por desgracia no podría arreglar nada.
Hace dos meses que había descubierto del concierto que su grupo favorito daría en Kabuki, como loca había avisado a su mejor amiga de ello y ambas comenzaron a trabajar después de clases para poder pagarse las entradas. No había sido fácil convencer a sus padres de que las dejasen ir a un concierto solas, pero finalmente y con ayuda de la otra lo lograron. No podían estar más felices por ello, así que trabajaron como locas en un restaurante cercano a su instituto como camareras, lo cual fue muy problemático, ya que ambas no eran capaces de controlar sus manos y la mayoría de los platos acababan en el suelo.
Aun así, dieron lo mejor de sí, orgullosas de sí mismas al ver sus dedos llenos de tiritas, pero con el dinero necesario reunido para lograr cumplir sus sueños.
- Vamos a ver a DOES - dijo Kagura en un grito casi histérico por la alegría
- Guarda los gritos para el concierto - bromeó la mayor
Ambas estaban más que felices por el evento, era lo más emocionante que les había pasado a su corta edad y pensaban disfrutar cada momento disponible.
Si no fuese por un pequeño detalle que las llevaba a la actualidad.
- ¡¿No quedan entradas?! - preguntó Kagura horrorizada - ¿Es eso posible? Todo nuestro esfuerzo fue en vano -
Mutsu intentaba recargar la página desde su ordenador, pero el hecho de que las entradas estaban agotadas no cambiaba. Harta de todo se dejó caer su cama, reuniendo todo su auto control para no tirar el ordenador por la ventana o gritar hasta quedarse sin voz.
- ¿Qué haremos? - preguntó Kagura desesperada mientras se tiraba de los cabellos
Mutsu no sabía que responder, no estaba segura de cómo darle ánimos a su amiga o a sí misma. O al menos hasta que una idea bastante estúpida se instaló en su cabeza.
- ¿En los conciertos revenden entradas? - preguntó la mayor
Kagura pereció ser por primera vez la voz de la razón.
- Apenas podíamos permitirnos las entradas normales, ¿Cómo debemos pagar unas al doble de precio? - preguntó la menor
Aunque le doliese admitirlo, la menor tenía toda la razón.
- ¿Y si... nos colamos? - preguntó Mutsu mientras se mordía el labio avergonzada
Kagura la miró sorprendida, su amiga no podía estar diciendo aquellas palabras.
- ¿Qué le hiciste a mi amiga aburrida y buena? - preguntó Kagura con miedo
- ¿Quieres ir al concierto o no? - preguntó Mutsu molesta por ser llamada aburrida
No hizo falta respuesta alguna.
Dos días más tarde, las jóvenes estaban preparadas para la tarea más difícil de sus vidas, colarse en un concierto y no morir en el intento, o ser pilladas que podía ser mucho peor.