Comencemos por El Final

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Tenía las manos manchadas con la derrota, los ojos llenos de lágrimas, la ropa desganada.

Otra vez me encontraba en esta posición incómoda de ver la realidad de reojo, pretendiendo no darme cuenta. Pero... ¿Qué más me queda? ¿Mágicamente desaparecer? ¿Mágicamente devolver mi vida a través de esos brazos que se han ido lejos?

Tom ya no iba a volver y eso debería saberlo. Se fue. Se fue, en serio, para no volver. Me dejó, víctima de mi pobre independencia. Siendo siempre dependiente, estando siempre solo en mi cabeza. Él sabía que yo era frágil. ¿Tan hijo de puta pudo ser? ¿Tanto quería destrozarme el alma?

Siento todavía sus manos cálidas sobre mi espalda, mis escalofríos, las venas sobresalientes en sus brazos... A veces siento también, sus ojos llorosos, rabiosos, mirándome desde un costado.

Me odiaba. ¿Él me odiaba? ¿Era ese frío que me helaba los huesos en las noches de verano un presagio de su partida? ¿Fui tan ciego? Fui tan ciego. No me di cuenta de nada. No... No me di cuenta de nada.

Estaba ensimismado en mi pesar, tan absorto en mi sufrir, que simplemente lo hice a un lado. Confiando en su fortaleza, confiando en mi ideal sobre él como un "no-humano". Él era más humano. Siempre fue el más humano. Ahora es demasiado tarde para darme cuenta de eso. Ahora es demasiado tarde para devolverle la vida que le robé.

¿Cuánto tiempo lo hice sentir amenazado?

Mírame, mamá. Estoy vivo. Estoy vivo, destrozado, sintiendo mi vitalidad en cada segundo que el dolor de su partida me corroe. En cada rastro de sangre que quedó en mi ropa y no va a salir más. En su mano pesada y amoratada que no pudo tomar la mía. Ahí quedó, ma. El viento violento seguro llevó su alma incandescente, y dejó su cuerpo tan inerte como nunca pensé que podría estar.

No pude decirle nada, no salió ninguna palabra de mi boca, pero menos aún de mi cabeza. Se quedaron ahí, amontonadas en la salida, sin poder escapar... Viendo su mirada marchitarse. El azulejo del baño desprendiéndose, mi ropa manchándose. Caíste en mis brazos, en mi silencio.

Hice silencio cuando ya no lo necesitabas.

Hice silencio aún cuando el rastro de tus ojos buscaba palabras. Buscaba un destello de mi sentimiento. Me quedé helado, tieso. Morí por varios minutos. Juro que morí por minutos, ¡una eternidad!

Morí cuando vos moriste. Morí cuando lo decidiste. Morí porque me di cuenta... De tantas cosas. De cosas rotas, de cosas que no se recuperan más. A mí me cegó tu luz; a vos, mi oscuridad.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2019 ⏰

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