Los problemas habían perseguido a Roxanne desde que era sólo un embrión. Con sólo once años, Roxanne había vivido una vida de locos. No solo porque desde pequeña había vivido entre gente que la odiaba y ojo, había salido viva de todas sus discusiones, si no que siempre se encontraba en constante peligro... es decir, al borde de la expulsión de su escuela.
Roxanne, que siempre había dicho que era mejor pelear lo que uno pensaba... se lo había tomado demasiado literal. Siempre se encontraba en una nueva pelea, y sólo porque sus padres eran asquerosamente ricos y pagaban a la escuela para que Roxanne no fuera expulsada, Roxanne no era expulsada. Pero según todos los que habían vivido una experiencia con ella, sabían que ella no, no era mala, solo que su carácter no le apoyaba cuando más lo necesitaba.
Al tener unos padres tan asquerosamente ricos, Roxanne apenas recibía atención, siempre que la recibía, era para castigarla por alguna pelea... cosa que causaba más peleas aún. Irónico, ¿verdad?
Roxanne era baja, de cabello rubio platinado y ojos verdes. Su madre era rubia y tenía los ojos grises, mientras que su padre tenía el cabello castaño y los ojos verde, igualitos a los de Roxanne. Según la mayoría, Roxanne era la mezcla perfecta entre su madre y su padre.
La familia de Roxanne sabía algo que ella desconocía completamente. Siempre se miraban raro y cuando Roxanne estaba en el piso de arriba, oía extrañas conversaciones entre sus padres y sus abuelos. Ella sabía que sus padres le mentían constantemente, diciéndole que iban a salir y que se debía quedar sola otra vez.
A Roxanne ya no le dolía quedarse sola en casa, al contrario, le encantaba quedarse sola y recorrer toda la casa, una y otra vez. Su niñera, una joven de cabello extrañamente rojo fuego y hermosos ojos verde, siempre le decía que en algún momento la sacaría de allí... Por lo que Roxanne aún tenía pesadillas.
Roxanne iba a una escuela publica, por lo que el uniforme no era necesario.
Ese día, era un día de vacaciones de verano, Roxanne se levantó gracias a su niñera, la cual se llamaba Kelsey, sí, que nombre más raro. Kelsey la miró raro cuando Roxanne se quedó viendo a la nada. Kelsey carraspeó para sacarla de su burbuja mental y cuando lo logró, le sonrió.
―Está listo el desayuno, Roxanne ―dijo ella―. Tus padres salieron.
Roxanne soltó una maldición casi inaudible y cuando llegó a su armario, sacó lo primero que vio y entró a su baño para sacarse el pijama y ponerse su ropa. Al salir, vio que eran las diez de la mañana y se llevó una mano a la cintura.
―¿Tan temprano? ―preguntó.
―¡Son las diez de la mañana, Roxanne! ―exclamó Kelsey―. Ya deberías haberte levantado.
Roxanne rodó los ojos.
―A desayunar, Kelsey.
Esta vez, Kelsey rodó los ojos.
Roxanne bajó las escaleras con rapidez y llegó a la cocina, en donde estaba servido el desayuno. Al acabar, Roxanne caminó con lentitud a la sala estar en donde estaba un librero, llenó de libros clásicos. Habían varios que a la rubia no le gustaba nombrar.
Ese día, estaba lloviendo a más no poder y habían empezado a salir truenos y rayos. Roxanne se estremecía tan solo pensar en una tormenta eléctrica. Le daban tanto miedo que ni siquiera se podía quedar con las luces apagadas un segundo sin tener inevitables ganas de llorar de miedo. Sabía que no había nada en que temer, pero la sencilla sensación de que hay algo que podría llegar a hacerle daño... tan sólo pensarlo, lograba que Roxanne a penas pudiera existir. Esa sensación de que en cualquier momento podría morir por un rayo. O por un incendio a causa de aquello.
Roxanne se estremeció.
Ya era de noche y Roxanne estaba acostada en su cama, acurrucada, abrazando a su oso de felpa. Seguía lloviendo, pero la tormenta eléctrica ya había pasado, pero Roxanne seguía con la sensación de que en cualquier momento iba a volver la tormenta... Y no se equivocaba, la tormenta volvió exactamente a las dos de la mañana. Roxanne abrazó con más fuerza su oso y cerró los ojos con fuerzas. Las lágrimas de sus ojos lograban que su oso se mojara de vez en cuanto.
Sollozó.
De repente algo hizo que Roxanne se levantase y miró a su alrededor. Nada raro había pasado... Nada hasta que Kelsey entró blandiendo lo que parecía una varita.
―¡CORRE, ROXANNE! Y NO DEJES QUE TE MATE ―vociferó.
Pronto dijo esto, Roxanne saltó al techo y empezó a caminar hasta donde se encontraba la cama elástica. Saltó sin mirar atrás y cuando pudo se levantó y corrió hasta donde estaba una casa, la casa más cercana a la suya.
Tocó la puerta con desespero y salió un joven de cabello negro azabache y ojos color café. Miró extrañado a Roxanne y preguntó:
―¿Quién eres?
―Necesito... Ayuda... Kelsey... me... dijo... que... corriera ―jadeó.
El joven pareció alarmado.
―¿Está bien? ―preguntó.
El sonido de alguien corriendo se oyó y Kelsey apareció desde las sombras y corrió hacia el hombre. Lo abrazó con fuerzas y luego lo besó.
―Ella es Roxanne, James ―dijo ella―. Se quedará con nosotros.
hooola a todo el mundo
tengo esta historia desde hace rato en los borradores y ya la quería publicar. Así que le hice unos cambios y quedó mejor que antes. Antes estaba bien kk.
no tengo portada aún, pero la estoy haciendo.
se despide, isabella
YOU ARE READING
Roxanne en Hogwarts
FanfictionREH| ¿Qué pasa cuando eres la única huérfana del salón? ¿Qué pasa cuando un extraño llega y te dice "eres una bruja, Roxanne"? ¿Qué pasa todo lo que puede pasar mal pasa? Y, ¿qué pasa cuando de enamoras de tu mejor amigo? Roxanne Parks sabía que to...