Son Jungkook y Taehyung de The Last -mi fanfic más largo- pero no es necesario haber leído la historia para entender este one shot. Jungkook es mayor que Tae y se sitúa por la época en la que V todavía rechaza a Jeon.
Lo subí como regalo de San Valentín para todxs ustedes, espero les guste, es uno de los tantos escritos que tengo guardados desde hace algún tiempo pero que no publico.
Besos bitiezianos.
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Era San Valentín, Taehyung estaba aburrido porque era el único en su grupo de amigos que no tenía una novia oficial o un novio, considerando que ahora no sólo Jin tenía una larga relación con Namjoon sino que Jimin había olvidado que desde los cuatro años ambos eran heterosexuales mejores amigos, lo había borrado de su memoria cuando se acostó con Yoongi en una fiesta y todo empeoró al quedar embarazado. Sus amigos fuera del grupo tampoco lo ayudaban a salir del hastío en el que se encontraba, Taemin estaría meneándole una minifalda a Minho mientras lo convencía que estaban en una salida de amigos nada más, SungJae y Joy lo invitarían a un trío del cual no quería participar por nada del mundo...
Decidió salir de casa para estirar las piernas, Jennie estaba empezando en una empresa muy conocida de idols por lo que supuso que estaría ocupadísima y realmente ellos no eran nada que los obligara a estar juntos ese día, su media relación estaba más fría que Siberia en invierno.
─No creo que debamos vernos hoy ─susurró guardando su celular.
Siguió andando hasta que esquivó por poco un enorme cuerpo parado en medio de la calle, quiso seguir su ruta a la nada pero el dueño del cuerpo que envidiaba tener lo comenzó a seguir.
Era Jungkook, el ser más molesto del mundo.
El castaño volteó cruzándose de brazos para enfrentar al pelinegro.
─Si ibas a casa, apresúrate, mi madre estará feliz de verte. Dale las flores antes de que salga con mi padre a su cita.
─Estaba yendo a verte a ti ─respondió el mayor, de una bolsa de regalo sacó una caja borgoña con un lazo que rezaba: "Chocolatería Jeon"─. Tengo chocolates con relleno de fresa.
─Kook ya hablamos de esto, podemos ser amigos pero... ¿dijiste chocolate? ─Se acercó olvidando todo el discurso que le daría─ ¿Son para mí?
─Todos tuyos, dulzura.
Así Jungkook logró que su difícil bebé aceptara caminar con él sin quejarse o rechazarlo cada dos pasos.
─Amo estos chocolates ─comentó con la boca llena─ ¿Crees que pueda visitar la fábrica otra vez?
─Si eso es lo que deseas, aunque hoy no hay nadie. El último mes fue tan ajetreado por la producción que tuvimos que hacer para este día que mi padre decidió sólo abrir las tiendas.
