Fragmentos©

140 7 3
                                    

Derechos de Autor Reservados. Código de registro: 1409061918689

Quizá la naturaleza aquel día fue mi mejor consuelo; un sol resplandeciente que no abrumaba el ambiente, un olor exquisito se filtraba en el departamento de quién rompería mi corazón, aquel aroma habitual de un día que grita que te tiene preparado algo especial. Mi primer gran amor se me escapaba de las manos y yo sólo puedo recordar que ese día justamente, el ambiente parecía cálido y entusiasta.

Él estaba sentado en una orilla de su cama matrimonial, los codos sobre sus piernas y la cabeza entre sus manos, mirándome de reojo de vez en poco. Quise llorar, lo necesitaba, pero mi furia impedía que pensara en algo más que en su traición. Semanas atrás, Casandra me había llamado informándome de la infidelidad de mi novio, y no fue hasta ese día que comprobaba de su propia voz que era verdad. Pero no quería que lo más lindo que había tenido en mi vida terminará, aunque ya no había nada que rescatar. Cuando te rompen el corazón parece como si lo demás perdiera el sentido que alguna vez tuvo, los fragmentos del corazón destrozado parecen querer unirse y encontrar una explicación.

Grite que no podía creerlo. Luego él pidió comprensión y cuando no pude dársela, dijo con voz cansada:

- ¿Y qué quieres que diga, cariño? -Y yo suplique la verdad.

-Si esto ha terminado, ¿por qué no puedes ser sincero por última vez?

Me miró con los ojos llenos de lágrimas.

-Te amo, ¿Por qué me haces esto?

-Exacto, ¿por qué me haces esto si tanto me amas? -bufé, pensando en lo cínico que se estaba comportando.

- ¿Por qué no puedes dejarlo pasar?

-Ya he dejado pasar demasiadas cosas por pensar en estar siempre contigo, ahora lo único que quiero es la verdad.

-Si quisieras estar conmigo lo dejarías pasar.

- ¡Cállate! Ni siquiera puedo creer que digas eso, no soy tan tonta, ¿vale?

Cambie el peso a mi otra pierna mientras el suspiraba cansado. Se incorporó y me miró desde la otra punta de su habitación. Por un momento pareció mirarme con remordimiento, luego pareció nervioso, y al final supe que no diría nada en su defensa. Recuerdo haber pensado en tantas cosas que dijo después de mirarme así en el pasado, cuando me quería de verdad. Pensé, también, que debía salir de aquel lugar lleno de recuerdos con ese chico tan especial que había llenado mi vida de una felicidad plena que no habría conocido sin él. Pero incluso antes de dar media vuelta él me atrapó entre sus brazos, mi rostro sobre su pecho y lloré aferrándome al primer amor que tuve, aferrándome a los fragmentos de nuestra historia.

-Es todo lo que diré sobre nosotros -susurré sobre su pecho.

Él sabía a lo que me refería; con una sacudida de su cuerpo me dejó ir. Y cómo si no fuera suficiente para sufrir, quién alguna vez me miró con amor, me lanzó una mirada fría y soltando una carcajada cruda, dijo:

- ¿Nosotros? -su sonrisa fue sarcástica. -Nunca deberías haberlo sabido. Fue un buen tiempo, pero desde hace tiempo atrás ya no hay un nosotros.

Su mirada fría fue lo último que tuve de él.

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora