One-Shot

1.2K 84 15
                                    


Y aquí estamos, no sé en qué momento me deje convencer por mi mejor amiga que ver una extraña película rusa era mejor que entrar a mi última clase del día, porque claro "Moscú no cree en las lágrimas" de 1979 es más importante que Hegel y el Siglo XIX.

Mientras Adriana va a comprar las entradas yo entro a curiosear un poco en la librería que esta junto al cine, voy directo al fondo donde están los libros de periodismo, cada uno más caro que el anterior, veo a Adry contestar el teléfono seguro es el idiota de su novio que pretende tenerla controlada todo el día. Solo puedo soltar un suspiro de desesperación al verla dando explicaciones y me pongo a ver la sección de literatura universal.

Mientras paso la mirada por la colección de bolsillo de Harry Potter tengo que aceptarme que aun odio venir a este centro comercial, que después de seis años sigue doliendo venir al lugar donde me veía con ella.

Se que nuestra relación no fue la mejor y que tuvimos más bajos que altos, pero debo reconocer que yo la quería, y jamás dude de lo que ella sentía por mí. Es por eso que aún me duele recordarla, y odio pensar que lo nuestro pudo funcionar y que tal vez perdí mi final feliz. Pero sobre todas las cosas lo que más me frustra, es que yo fui quien termino la relación, yo la lastime escudándome en mi inmadurez.

Por eso mi aversión a este centro comercial, los recuerdos, el extraño deseo de chocar con ella por accidente y al mismo tiempo el miedo de verla con alguien más.

-Toño es un tonto...- Adriana me saca de mis pensamientos

-Vaya descubrimiento amiga, tu novio siempre ha sido un tonto, pero tú no lo quieres aceptar- digo con mi sonrisa más inocente

-Solo estas celosa de que Lucho no te presta suficiente atención- me saca la lengua antes de agregar -hay mucha gente deberíamos ir a comprar las palomitas-

Salimos de la librería rumbo al cine, le di dinero a Adry para que comprara palomitas y refresco, y la mande a hacer fila mientras yo leía las reseñas de las películas que estaban en cartelera.

Una voz familiar llamo mi atención y ahí estaba mi sueño y pesadilla personal, a unos cuantos pasos de mi revisando su celular, sí que había cambiado, se ve más madura y tiene la mirada más recia de lo que recordaba. Un escalofrió recorre mi cuerpo, ¿Qué debería hacer? ¿Ignorarla? ¿Hablarle?

Después de un debate interno, me armo de valor y me arrepiento unas mil veces antes de decidirme caminar hacia ella y por fin a hablarle.

-Eh... ¿Juliana? - digo con un hilo de voz, ella levanta la mirada de su celular y yo no puedo sentir mis piernas -Ho...Hola-

-Emm... ¿Hola? - Me mira sin expresión en su rostro, ¿debería preocuparme?

- ¿No me reconoces? - trato de sonreír, pero la inexpresión de su rostro me tiene intranquila

-Yo... emm...- No puede ser, ella no me recuerda... quiero llorar... necesito salir de aquí

-Lamento molestarte- Mis lagrimas amenazan con salir si digo algo más, me volteo lista para salir corriendo cuando su mano me toma firmemente del brazo y no me queda más que regresar a verla, debo verme muy mal, ella parece preocupada.

-Lo siento, no fue mi intención ofenderte...- libera mi brazo y señala una cicatriz en su frente de la que no me había percatado -...tuve un accidente hace poco tiempo, y perdí algunos recuerdos, gran parte de los últimos seis o siete años-

-Oh... yo lo siento mucho- Esto me hace sentir mucho peor, todo lo que ella significo para mí y no recuerda ni que fui parte de su vida.

-No importa, es seguro que recupere muchos de mis recuerdos a la larga, mejor dime de donde te conozco- Me dedica una ligera sonrisa

Pensé en mentirle decirle que nos conocimos en una fiesta o en cualquier lugar, no quiero que recuerde que fui la chica que la termino una madrugada después de que la liberaron del secuestro. Pero no pude, soy tan egoísta que no pude, amo ese recuerdo y no quiero renunciar a el.

-Nos conocimos en un parque, te acercaste a mi mientras lloraba y me hiciste un mal chiste- sonrió al recordarlo, era la primera vez que sonreía desde la muerte de mi padre.

-Suena a algo que yo haría- sonrió al ver que se sonroja -Lo siento, no encuentro la forma de preguntarte tu nombre sin que se torne incomodo-

-Yo...- Los nervios regresan a mí, no puedo decirle mi nombre; no puedo arriesgarme a que recuerde que debería odiarme...

-Ya están pasando a la sala, deberíamos entrar- Lety como siempre oportuna, llega a salvarme

-Que tonta, yo aquí quitándote el tiempo, mi novia también debe estar esperándome, ya nos veremos por ahí- dijo a forma de despedida, pero para mí escuchar sobre su relación fue el último clavo de mi ataúd.

-Si... ya nos veremos... adiós- Me volteo y arrastro a mi amiga a la sala, necesito alejarme de Juliana lo más rápido posible, la escucho decir algo, pero no logro entenderlo. Yo solo quiero llorar.

------

POV Juliana

Deje que mi prometida se formara para comprar los boletos para la película, mientras yo envió un par de correos a mi asistente. Dirigir el departamento de modas y planear una boda es más complicado de lo que creí. Los últimos días no tengo tiempo ni de respirar; entre juntas con el corporativo que se empeña en bajar la calidad de las telas, elección del sabor del pastel y mis terapias después del accidente no me queda energía para nada más. Y aun así tengo que venir a ver la nueva película de su actor favorito. Suspiro con frustración antes de enviar el ultimo correo del día.

-Eh... ¿Juliana? -Escucho a alguien llamarme por mi nombre, levanto la vista de mi celular y me encuentro con los ojos más bonitos que yo eh visto, que me miran con pánico -Ho...Hola-

-Emm... ¿Hola? - Digo dudando, y es aquí donde agradezco que mi rostro no es expresivo o estaría perdida

- ¿No me reconoces? - Dice con una tímida sonrisa, dios esa maldita sonrisa desarmaría a cualquiera.

-Yo... emm...- "Genial momento para nervios Juliana, eres brillante" me reprendo a mí misma al no poder armar una frase.

-Lamento molestarte- Su sonrisa cambia por una expresión de dolor, se voltea y da un par de pasos lejos de mí, la tomo del brazo con más fuerza de la que pretendía para impedir que se vaya.

-Lo siento, no fue mi intención ofenderte...- me justifico y señalo la cicatriz en mi frente que me dejo el accidente en coche de hace unos meses -...tuve un accidente hace poco tiempo, y perdí algunos recuerdos, gran parte de los últimos seis o siete años-

-Oh... yo lo siento mucho- Me dice poniendo una mueca que no logro descifrar

-No importa, es seguro que recupere muchos de mis recuerdos a la larga, mejor dime de donde te conozco- Digo con una sonrisa trato de desviar la atención de lo que sea que esté pensando, y de todo el tema del accidente.

Piensa por mucho tiempo su respuesta, puedo ver en sus ojos que su cerebro trabaja a mil por hora tratando de responderme.

-Nos conocimos en un parque, te acercaste a mi mientras lloraba y me hiciste un mal chiste- Dice sonriendo finalmente y solo puedo sonreír con ella... ¿o por ella?

-Suena a algo que yo haría- Me sonrojo y ella sonríe aún más -Lo siento, no encuentro la forma de preguntarte tu nombre sin que se torne incomodo-

-Yo...- Su sonrisa desaparece de su rostro, ahora parece preocupada debí arruinarlo con algo que dije.

-Ya están pasando a la sala, deberíamos entrar- Una chica rubia interrumpió dándole un refresco y señalando una de las entradas a las salas.

-Que tonta, yo aquí quitándote el tiempo- digo y señalo hacia atrás buscando a mi prometida -mi novia también debe estar esperándome, pero ya nos veremos por ahí-

-Si... ya nos veremos... adiós- Dice en forma de despedida mientras ella y su amiga se alejan de mi rumbo a las salas.

-Adiós Valentina Carvajal- Digo en un susurro, es el acto más cobarde que he cometido, pero así es más fácil para ambas.

Limpio una necia lagrima que se me escapa, mientras la veo alejándose de mi vida, perdiéndola una vez más, y esta vez para siempre.

ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora