Parte 2

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El compositor miró la habitación desde la puerta observando todo a detalle,  suspirando cuando noto que la cuna no parecía estar en un buen lugar.

Wonsik había pasado las últimas semanas organizando el cuarto del bebé, tratando de que fuera perfecto en todos los detalles, sin embargo cada vez que parecía que había terminado había algo que quedaba fuera de lugar.

Taekwoon le había dicho muchas veces que el lugar estaba bien,  que no debería hacer esas cosas estando embarazado, cosa que terminaba en el menor enojado gritándole que no se preocupaba lo suficiente por su pequeña.

Ahora estaba un poco cansado, pero aún así no podía dejar que la cuna se quedará en aquella posición. Decidido empezó a empujarla haciendo salir un horrible ruido por todo el movimiento.

— Otra vez remodelando — sonó una voz suave a sus espaldas — No deberías hacer ese tipo de esfuerzos estando en tu octavo mes.

— Solo quiero que la habitación este perfecta para cuando nazca nuestra hija — dijo irritado por tanto a intentos fallidos mientras se apoyaba en la cuna para descansar.

— Lo sé,  y yo también quiero lo mismo pero no puedes hacer muchos esfuerzos o te harás daño y al bebé.

— Por si no lo sabes soy muy capaz de cuidar a mi bebé Jung Taekwoon— dijo el menor más molesto, odiaba que le dijeran eso pues siempre solía interpretarlo de forma negativa.

— Lo sé, lo sé. Solo quiero decir que si querías mover algo pudiste pedirmelo, soy tu esposo, además estas embarazado, es natural que estés algo débil — habló el pelinegro.

El menor, ya más relajado, se acercó al mayor y lo beso de manera dulce pero dominante, tomando por sorpresa al pelinegro, y sonrió cuando este se dejó llevar soltando un pequeño gemido antes de que se separaran.

— Te dejaré ayudarme por esta vez, y estaré debil pero no dejaré que olvides quien es el dominante — habló con tono altanero mientras volteaba, rió pues no necesitaba ver para saber que el mayor estaba todo rojo de la vergüenza.

Esa tarde ambos empezaron a organizar la habitación de su pequeña hija, o mejor dicho el mayor, pues Wonsik, por primera vez, hizo caso de las palabras de su esposo y se dedicó a decidir donde iría mejor cada cosa dejando a su esposo el resto del trabajo.

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Wonsik despertó a causa de un ligero dolor en su vientre, había sucedido muchas veces en la última semana y aunque se alegraba de que su pequeña estuviera activa con tanto movimiento apenas y podía dormir.

— Hola mi amor, estas muy traviesa ¿Alguna vez dejaras dormir? — habló mientras se acariciaba el vientre para después levantarse procurando no despertar a Taekwoon.

Al día siguiente Wonsik estaba más agotado que de costumbre, normalmente dormiría por periodos cortos pero esta noche su bebé había decidido que era buena idea patear a su omma.

Por suerte Taekwoon lo ayudó a volver a la cama y a relajarse antes de irse a trabajar.

El resto de la mañana fue un poco más tranquilo, su bebé al parecer se había calmado y Wonsik pudo descansar por un par de horas.

Casi al medio día sintió un dolor repentino que pronto desapareció,  no le tomó mucha importancia al inicio, pero empezó a prestarle atención cuando los dolores empezaron a ser frecuentes.

Preocupado revisó los papeles que le había dado su médico, aparentemente eran contracciones pero aun faltaban 3 semanas para la cesaria.

— Bebé, por favor no asustes a tu papi, aún no es tiempo — le habló a su hija al mismo tiempo que frotaba su vientre, justo en el momento en el que vino otra contracción y empezó a sentir un líquido tibio saliendo de su interior.

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