Me hallaba dormida, profundamente dormida, quieta. Sobre la cálida textura de mi sabana no tenía mucho que hacer, pero me sentía extraña, hundida en aquel sueño tan repetitivo que me frustraba, pero de alguna manera no me lograba despertar. Me sentía extraña, pero en cierto modo no.
Es inquietante pensar que un solo sueño se repita tantas veces… No lo sé, ¿estaré loca? Esta pregunta me consume, habré llegado al estado de delirio, tal delirio del que las personas han hablado tanto estos últimos días… No estoy loca, ¿o sí?
Todo me confunde, oigo como la lluvia cae mientras el sol arde, pero, ¿eso que no lo oyen todos? Siempre me sentí extraña, pero esta vez más de lo acostumbrado, sigo en el sueño, pero puedo percatarme de lo que sucede a mi alrededor. Estoy totalmente confundida.
Este sueño… este sueño me confunde, no sé qué es lo que me quiere decir, pero ¿estaría loca si empezara a hablar con un sueño? Ni siquiera sé si se podrá eso… Ha de ser que mi mente está cansada y se ha puesto a imaginar cosas.
Solo veo en mi ventana, esa ventana empañada de gotas de lluvia, aquella lluvia que oigo aun cuando está el sol, con su efecto tranquilizador me arrulla, me acompaña en esta soledad constante.