Lo tuve todo y lo perdí.
Te tuve a ti y te perdí.
"Pero tú seguías a mi lado, y eso me hacía feliz. Qué estúpida fui al no demostrarlo. Entonces quizá no te habría perdido".
Hoy es la boda de mi primo, es por eso que estoy aquí sentada esperando a que llegue la novia. El novio parece nervioso, no para de moverse y mirar la hora cada dos por tres. Aunque supongo que es normal, después de todo seguramente va a ser el día más importante de sus vidas.
No puedo imaginarme a mí en esta situación, vestida de novia en un altar lista para dar el "sí quiero". No he vuelto a pensar en nadie más después de él. Lo que pasó hace ya cuatro años con Derek no podré olvidarlo nunca. Pero yo... ya lo he superado.
Después de las complicadas palabrejas y lo típico en las bodas, acompañamos a los novios fuera de la iglesia, hasta la limusina. Antes de subirse, la novia, Brina, se pone de espaldas y lanza el ramo.
Nunca he sido muy supersticiosa, así que no le presto atención en absoluto. Total, ¿qué más da? Hay un montón de gente esperando coger el ramo, y seguramente tienen muchas más probabilidades de casarse que yo. Además, me encuentro en la tercera fila, cosa que lo hace aún más difícil.
Estoy concentrada contando cuántas manchas hay en el suelo cuando algo duro aterriza encima de mi cabeza. Me agacho para coger el ramo de flores y cuando levanto la vista... lo veo. Su pelo, sus ojos, su sonrisa... todo sigue igual. Después de tantos años... aquí está.
Siento cómo la gente grita, algunos de emoción, otros de frustración. Pero yo solo puedo concentrarme en una cosa: él. Después de cuatro años sin vernos, aquí está, tan sonriente como siempre. Bajo la cabeza para que nadie vea las lágrimas que están a punto de salir de mis ojos, cuando de repente unos brazos me rodean los hombros y me abrazan.
En dos segundos revivo todo lo que viví y sentí en los que recuerdo como los mejores años de mi vida. Una oleada de sentimientos me invaden ahora mismo. Melancolía, por todos esos buenos momentos juntos, amor, porque eso es lo que él me hacía y aún me hace sentir. Tristeza, por todo lo que pasó después. Pero sobretodo rábia y frustación, por lo que podría haber sido pero no fue.
Cuando todo el mundo se ha ido, le miro a los ojos y le pregunto: "¿Por qué estás aquí?". Sé que es una pregunta muy simple, pero también sé que es muy importante, al menos en nuestra situación. "No lo sé. Quizá he venido a buscarte, o quizá el destino ha querido que nos encontremos de nuevo" responde él con una sonrisa en sus labios. Hace una pausa antes de continuar:
"Lo siento, no debería... yo..." empiezo a decir, pero él me corta antes de que pueda acabar. "Alina... Alina. ¿Quieres empezar de nuevo... a mi lado?"
