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—Es bellísimo—Dije al entrar. Todo era tan rústico, me encanto.
Una chica nos preguntó si ya teníamos reservación a lo que Daniel respondió que si, dio su nombre y la chica nos llevó a nuestra mesa, era en el balcón con una hermosa vista a la torre Eiffel, como todo el caballero que es, Daniel tomo la silla para que yo pudiera sentarme.
—Daniel es que no puedo, esto es demasiado hermoso, ya no encuentro palabras para agradecerte— Dije.

—Es que no tienes que agradecerme, es que tu mereces todo en el mundo, que digo, del universo, yo solo te ofrezco una parte— Respondió, si hola como se respira? como puedes querer tanto a una persona?
Después de unos minutos trajeron los menús, elegimos nuestra comida y las bebidas. Después de un rato la trajeron y vaya que estaba buena, al terminar ya estaba muy llena pero Daniel insistió tanto en que pidiéramos un postre que al final pedimos uno para los dos. Cuando llego y lo probamos me di cuenta de que estaba buenísimo y al final nos lo terminamos todo.
Platicamos un buen rato hasta que Daniel pidió la cuenta, la trajeron y nos salimos de aquel hermoso lugar.
—Muchas gracias Dani, todo estuvo hermoso— Le dije mientras esperábamos el auto.

—Aún no agradezcas— Dijo para después darme un beso, uno que al principio comenzó lento para después intensificarse, ¡diablos! que bien besa.

—mmh...aqui está su auto— dijo el señor del valet parking. Que pena.

—Gracias— Dijo Daniel, para después abrir mi puerta. Entramos al auto y Daniel arranco.

—¿Ahora a donde vamos?— Pregunté ansiosa.

—Es otra sorpresa— Respondió, demasiadas sorpresas en un día.
Tome el auxiliar y puse mi playlist, pero esta bien eran sólo canciones de Why Don't We y mías.
No tardamos mucho en llegar al que supongo es el siguiente lugar, era un hotel muy hermoso, de igual manera rústico, como casi todo en Paris.

—¿Llegamos?— Pregunté mientras veía por la ventana.

— Así es— Dijo entrando al parking.
Nos bajamos y entramos a la recepción.
— Tengo una reservación a nombre de Daniel Seavey— Le dijo a la recepcionista.

—Muy bien...Seavey...claro, aquí tienen, que disfruten su estadía— Dijo dándonos una llave.

—Gracias— Contestamos, entramos al elevador, Daniel sorpresivamente me tomo de la cintura para acercarme más a él y besarme, ese beso fue parecido al anterior, pero esta vez mas caliente (you know what i mean). Su mano viajó de mi cintura hasta mi mejilla, para después bajar a mis pompis. —Esto se está saliendo de control— Pensé. El elevador se detuvo y por obvias razones nos separamos.
Creo que hoy haremos lo que se debe hacer hasta el matrimonio.
Recorrimos el pasillo hasta encontrar la habitación, al encontrarla Daniel abrió con la llave, me dio el paso y entre primero, llevé una mano a mi boca al ver lo hermoso que estaba todo, había pétalos por todos lados, al igual que velas, pero lo que más llamó mi atención era el balcón que tenía una vista hermosa a la torre Eiffel. Voltee mi mirada hacia Daniel que solo veía mi reacción.
— ¿Es demasiado? ¿No te gusto? ¿Exagere?— Dijo con una cara de preocupación al ver que yo no decía nada.

—No no tranquilo solo no dije nada por lo sorprendida que estoy, puede que si sea demasiado pero me encanta, claro que me gusto amor mío ¡tiene vista a la Torre Eiffel! ¡Gracias, te quiero tanto!— Dije para después aventarme hacia el y darle un beso.
Daniel correspondió sin problema, el beso se fue poniendo cada vez más intenso, de un momento a otro Daniel ya estaba encima de mi en la cama, claro que sin aplastarme, comenzaron las caricias y como arte de magia los besos apasionados aparecieron pero la ropa poco a poco fue desapareciendo hasta que ambos quedamos en ropa interior.
— Me encantas— Dijo entre besos— Como no tienes una idea— Dijo esta vez mirándome a los ojos— Incluso creo que...— No pudo terminar de hablar por que mi celular comenzó a sonar.

WORLD TOUR/ WHY DONT WEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora