¡Es culpa de YoonGi! «YoonMin»

«03»

-¡Yoonnie Hyung!- Gritaron dos alegres voces en el momento en que el menor de los Min bajó por las escaleras, ambos niños corriendo apresurados hasta abrazar a su mayor. YoonGi no sentía muchos ánimos de verlos, en especial a JiMin, sin embargo correspondió.

-Yoonnie Hyung...- Habló el pequeño Park. -¿M-Me perdona...?- Y Min no respondió, aquella pregunta lo molestó más. ¿Cómo se atrevía a pedir perdón luego de que lo castigaran por su culpa? Sin embargo tuvo que desviar su mirada al ver el gran pucherito y los ojos de cachorro abandonado que había puesto su menor, no lo perdonaría tan fácil.

Por otro lado, el menor de los niños solo veía todo sin entender qué sucedía, simplemente reía alegre abrazando la pierna de su mayor, de la cual comenzó a tironear cuando se le ocurrió salir a jugar al patio, no deteniéndose hasta que obtuvo la atención de su pelinegro primo y señaló la puerta. -¡Jugal!- Exclamó señalando el lugar.

YoonGi decidió ignorar a quien llamaba mejor amigo y atender lo que su primo decía, cuando captó sus intenciones solo sonrió tomando su manita para dirigirse a donde tanto le pedía ir.

Ya en el patio, JungKook corrió por alguna dirección mientras YoonGi se sentaba en el pasto viéndolo.

-YoonGi hyung...- Llamaron a sus espaldas, cuando volteó, JiMin se encontraba con lagrimitas en sus ojos mientras jugaba con sus manitas, se veía arrepentido y YoonGi sintió su pechito oprimirse al verlo así, él no servía para enojarse. Con una pequeña sonrisa de labios juntos, separó sus brazos en una invitación silenciosa para el menor, quien no dudó en correr a él y abrazarlo, todo mientras soltaba pequeños sollozos pidiendo disculpas. YoonGi lo perdonó sin volver a dudar.

Sin embargo toda atmósfera de reconciliación se perturbó cuando una tercera voz apareció, llorando igual que JiMin.

YoonGi prestó atención a su primo sin dejar de abrazar a su pequeño amigo, hasta que notó lo que el menor entre hipidos señalaba, su primo había mandado su pequeña pelota al árbol.

No era un árbol muy alto en realidad, solo un pequeño Cerezo, por lo que con algo en qué subirse y una ramita posiblemente la alcanzaría. Sin embargo ¿Quién dijo que nada podía empeorar? En sus intento por bajar aquella pelota, YoonGi terminó de perder el equilibrio de la pila de tres cajas de madera dónde se había subido y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraba tirado en el suelo con su ropa completamente sucia y un insoportable dolor en su brazo derecho. Oh no.

JiMin asustado corrió hacia la casa con la intención de hablarle a sus mayores, no podía quedarse sólo viendo cuando su mayor se encontraba con el rostro rojo de dolor y lágrimas escurriendo por sus mejillas.

-¡JiMin! ¡Calmate por favor!- Pidió la señora Min cuando vió al pequeño de los Park completamente pálido y alterado, se veía asustado mientras balbuceaba incoherencias a sus oídos. -¿Por qué estás así?- Cuestionó un poco preocupada.

-¡Es culpa de YoonGi Hyung!- Fue lo único que pudo gritar antes de correr de nuevo al patio.

La señora Min, asustada por el miedo en el rostro del menor y pensando que su hijo le jugó alguna travesura, se dirigió tras el niño para ver que sucedía, sorpresa se llevó al ver a su hijo tirado en el suelo mientras sostenía uno de sus brazos contra su pecho como si sí vida dependiera de ello, y gruesas lágrimas bajaban por su enrojecido rostro, el cual no paraba de soltar quejas y gemidos de sufrimiento, su bracito dolía demasiado.

YoonGi había sido llevado al hospital, la caída fracturó su brazo.

Almenos el castigo había sido retirado y ahora permanecería en completo reposo por los pequeños golpes en el resto de su cuerpo y para evitar dañar más su pobre y lastimado brazo.

El resto del día JungKook se abrazó a él como su supiera que fue por su culpa, y JiMin igual, llorando un poco por él cuando el dolor volvía a su mejor amigo.

Su día no fue tan malo después de todo.

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Tienen derecho a matarme, desapareceré por otro siglo más. Bye.

-MinS.