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El dolor era poco posible de explicar.

Era raro, muy raro.

Pero de alguna manera, o brujería, lo soportaba.

Le daba alguna impresión de que millones de inyecciones impactaban en su brazos a la vez, pero era llevadero.

Mucho más teniendo a un chico bastante guapo atento, y con sus brazos bien definidos a sus ojos.

—... ¿Duele?— preguntó deteniéndose, mirándolo con un medio tono de preocupación.

—Más que doler, creo que sólo causa impresión— ladeó una sonrisa.

Los pinchazos seguían, y de a poco la forma de su diseño de veía más realista.

Suspiró—. ¿Puedo preguntar algo?

—Lo que quieras.

—¿Por qué la mayoría de tatuadores tienen de todo en su cuerpo? Es decir, parece obvio, pero es una duda existencial.

—La mayoría no tienen significados profundos. Son morbos, o cuestión de exhibir la pasión que llevan dentro, ¿Entiendes? Pero no significa que todos sean así.

—Oh, wow... ¿Y cuál es tu caso?

Sonrió levemente—. Todo lo que ves fueron los primeros diseños aceptados por mis padres.

—¿Y eso significa...?

—Ya sabes, viejo— se detuvo a tomar más tinta—. Lo que menos querían mis padres era esto, hasta que me vieron diseñar.

—Genial... Wow, eres cool— el joven lo miró, lo cual hizo que niegue rápidamente—. Es decir, tú sabes, yo no quería, ah-

—-Hey, tranquilo. ¿Eres muy nervioso? Está bien. Entendí.

El australiano asintió en respuesta, tenía más que claro que sus nervios le hacían hablar demás.

Decidió soportar un poco callado, aunque le era difícil no sacar algún tema, para aunque sea quedar como amigo de ese lindo chico.

—Lo dejaré unos minutos, ¿Sí? Ya falta menos, ¿Quieres algo?

—No, estoy bien— asintió—. Gracias.

ChangBin se quitó los guantes y así se levantó de su lugar. Tal vez para estirarse un poco, entonces volver con dos vasos de agua.

Dejó uno en su mesada, y otro junto a Felix. De veras era muy considerado.

Cambió un par de cosas, y volvió a su trabajo.

Las ganas de hablar querían salir, pero no quería molestar. Aún así, no faltó mucho para que el mismo tatuador hable.

—Dime, ¿Qué significado sacaste a un tatuaje de apuesta?

—Pues— se acomodó levemente—. La brújula representa que por más que tenga trabajo estable, y esas cosas, no sé dónde iré mañana, ni si sé quién en verdad soy. De paso, las ocho puntas, son mis amigos y yo.

—Vaya... ¿Cómo se te ocurrió tan rápido?

—No tengo idea.

Permanecieron en silencio un poco más, hasta que ChangBin elevó su mirada, asintió en una sonrisa y volvió a concentrarse.

—Ah... ¿Qué sucede?

—No había prestado atención a tus pecas; son muy bonitas.

Su rostro ruborizado tal vez ayudó en que permanezca callado.

𝑰𝑺 𝑰𝑻 𝑻𝑯𝑬 𝑭𝑰𝑹𝑺𝑻 𝑶𝑵𝑬? ─changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora