Ya era tarde, hace una hora que las clases habían acabado y yo seguía sentado en el suelo del vacío pasillo, junto a la puerta de la sala de maestros, con una caja de bollos dulces caseros entre manos esperando por él. Se supone que hoy me declararía a Renkugo-Sensei, mi maestro de historia, quien recientemente habia llegado a la Academia Kimetsu.
Que vergonzoso, pensé ante mi situación actual apretando la pobre cajita contra mi pecho dolido, ¿Es que aun no entendía mi propia posición? Yo soy un estudiante y él es un profesor, además ambos somos hombres. Confesandome solo le causaría problemas e incomodidad. Pero aún así, necesito ser egoísta solo esta vez y decirle, no puedo seguir mintiendo y escondiendo como me siento cada vez que él está cerca. Perdón Renkugo-Sensei, tendré que molestarlo con estos sentimientos sin sentido, me limpié las lágrimas que se habían resbalado por mis mejillas y levante la cabeza, preparado para encarar a quien se apoderaba de mis pensamientos.
Esperé algunos minutos más hasta que su olor empezó a acercarse, me puse en pie y aspire profundamente. El olor de Renkugo-Sensei era peculiar, olía como el sol, como el verano, sin duda alguna tenía un aroma embriagante y especial, aunque en este momento se mezclaba con otro olor: chocolate. Poco después su figura apareció por el pasillo, tarareaba una canción al caminar y en sus fornidos brazos traía todo tipo de empaques y cajas decoradas, supongo que no soy el único que tuvo la idea de declararse hoy, sentí un poco de malestar por ello ¿Tantas personas estaban interesadas en él? Nuestros ojos se conectaron y él movió su cabeza en señal de saludo.
—Joven Tanjiro, que alegría verte. —Dijo sonriente y estruendoso como simpre haciéndome reír un poco, yo le devolví la sonrisa y le saludé cordial. Pasó a mi lado y llego al umbral de la puerta, la cual no podía abrir apropiadamente gracias a toda esa cantidad de dulces.
—Permítame ayudarlo, Sensei. —Dije abriéndole la puerta, él agradeció, entró y me pidió que pasara, diciendo que en un momento me atendería. La sala estaba desierta y por las persianas de las ventanas abiertas se colaba una brisa agradable y la luz de la tarde. Él dejo el cargamento de dulces sobre su escritorio y tomando su maletín empezó a guardar las cajitas, me acerqué a él y lo miré con curiosidad y algo de vergüenza.
Mi regalo eran unos bollos caseros rellenos con crema de avellanas y nueces, hechos con ayuda de Nezuko en la panadería de la familia, no eran demasiado "extravagantes" en comparación a los caros chocolates que él guardaba. Uzui-Sensei le he fallado. Apartó una de las cajas de chocolates y guardo las demás, para luego forzar el cierre de su maletín, se sentó tras su escritorio y me pidió que me sentara frente a él. Él abrió la caja de chocolates y sacándole la envoltura a uno, se lo metió a la boca lentamente. Lo saboreó un poco y luego hizo un sonidito agudo, remarcando lo bueno que estaba. Mi cara de idiota debía ser mundial, pero cómo alguien puede resultar tan sensual y de un momento a otro ser tan adorable.
—Cuentame joven Tanjiro, ¿Como puedo ayudarte?— Dijo reclinandose hacia delante, apoyando su codo en la mesa y dejando descansar su rostro sobre su mano, con su brazo libre tomó la caja y me la tendió. Me limité a agarrar uno de los dulces mientras veía esos ojos vivos y esa sonrisa que emanaba paz. Le quité el envoltorio y me lo comí con gusto, sabía muy bien.
—Bueno Rengoku-Sensei, hay algo que quiero decirle, es algo tonto y sin importancia, no quiero que se preocupe, no es nada relacionado a su asignatura, ni cosas por el estilo.— Hable apresurado con mis ojos fijos en el envoltorio entre mis manos, sentía mis mejillas calientes. Él se limitó a mirarme mientras seguía comiéndose sus chocolates.
ESTÁS LEYENDO
Sonrisas dulces ~KyoTan
Fanfiction"San Valentín es la fecha ideal para declararse a la persona que te gusta y declaraciones hay de todo tipo, pero sin duda alguna las mejores declaraciones son aquellas correspondidas ." AU ~Academia Kimetsu * Kyojuro Rengoku x Tanjiro Kamado * Onesh...