Capítulo II

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Laboratorio Arcturus

—Sujeto estable, celdas preparadas para abrirse -decía una voz a través de un altavoz ubicado en una esquina de la habitación.

Luego de la orden, una a una compuertas de metal reforzado comenzaron a abrirse dando paso a un hombre de tercera edad, muy canoso y con arrugas en el rostro, quién vestía un traje totalmente blanco y unas gafas.

El hombre caminaba hacia la camilla que estaba en medio de la habitación y de un maletín, que traía con él, saca una aguja con un líquido de color verde.

—Pronto serás invencible -susurraba para sí mismo, mientras le aplicaba la inyección a la joven.

Al momento en que la aguja quedó vacía, el cuerpo empezó a convulsionar, asustando a los demás empleados que estaban cerca.

—¡Señor, salga! ¡Es peligroso! -hablaba por el altavoz el encargado de revisar los signos vitales del sujeto.

El anciano solo reía al ver como su sueño estaba cada vez más cerca. Uno de los encargados se lo llevó a la fuerza fuera de la habitación y volvieron a cerrar las compuertas.

La joven en la camilla despertó y comenzó a sujetar su cabeza por el dolor que sentía, no podía soportarlo más y comenzó a dar golpes al aire; se levantó y comenzó a gritar. Luego de esto, levantó la camilla y la lanzó a una de las cámaras de seguridad, destruyendo ambas cosas al instante.

—Está lista -decía el anciano con una sonrisa macabra mientras observaba por la otra cámara de seguridad todavía intacta. —Hagan que se calme, aún hay pruebas que debemos hacerle -se retira del lugar al finalizar la orden.

—Sí, señor -respondía uno de los trabajadores y apretaba un botón que emitía una fuerte descarga eléctrica a un collar de metal que tenía la joven haciendo que gritara más y se desmayara.

Así continuaron los siguientes días, cada amanecer era peor, era sometida a incontables y agotadoras pruebas para verificar sus avances, y si los resultados no eran satisfactorios, se le inyectaban más químicos para cumplir con las expectativas que querían alcanzar; todo tenía que ser perfecto, de lo contrario, todo el tiempo invertido sería en vano, al igual que el sufrimiento de la joven, claro que nadie pensaba en eso ya que según ellos "el fin justifica los medios".

Dormitorios 4:00 P.M.

—Bien, al fin terminé -Akko sonreía al ver todo su equipaje ya listo para este fin de semana.

Ya era viernes por la tarde, la semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos; ese día Amanda las llevaría a la cabaña en el bosque para pasar un fin de semana relajante, lejos del estrés que traía consigo el último año de bachillerato.

Akko, al igual que Sucy y Lotte, estaban fuera de los dormitorios con sus mochilas, también se encontraban junto a ellas Jasminka y Constanze, quienes al ser estudiantes extranjeras, tenían sus habitaciones en ese mismo lugar.

—Jasminka, ¿dónde está Amanda? -Lotte observaba el reloj de su celular, ya era la hora acordada y Amanda no aparecía.

—Fue a traer el transporte -como siempre, respondía sonriente mientras comía una bolsa de papitas.

Justo en ese momento se escucha el sonido de un claxon, era Amanda que había estacionado una gran camioneta marca Chevrolet de color escarlata en frente de ellas.

—¿Qué están esperando? Suban -la pelirroja las observaba con una sonrisa pretenciosa.

La primera en acercarse fue Akko, quien se emocionó al ver a su amiga conducir ese auto último modelo.

—¡Es genial! ¿Dónde lo conseguiste? -preguntaba la castaña mientras abría una de las puertas y subía.

—¿No recuerdas que les dije que mi amigo también me prestó su carro? -un poco fastidiada al darse cuenta que no le ponían atención.

—Un momento, ¿sabes conducir? -preguntaba sorprendida Sucy.

—¡Claro que sí! -sacaba de uno de los compartimientos del carro su licencia y se las mostraba. —A penas cumplí los diecisiete fui a dar mi examen y aprobé al primer intento -decía de forma orgullosa.

—Para mí que el que te tomó el examen no quería morir y simplemente te aprobó -hablaba con tono de burla la filipina.

Amanda frunció el ceño, estaba a punto de decir algo, pero Lotte intervino.

—Ya dejen de discutir, mejor ya entremos -se acercaba a las dos evitando que sigan la pelea.

El resto cogió sus mochilas,  colocándolas en la parte del maletero y entraron al auto para poder partir hacia el bosque.

Continuará

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2019 ⏰

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Mi libertad está a tu lado [AU Diakko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora