Cuento fantástico que utiliza una pequeña base del Mito de Prometeo.
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Fecha 18-feb-2019 22:21 UTC
Una desgracia, el Elemento Vital ha sido usurpado. Así se lamenta una de las doce deidades. Un simple mortal, Demon, no fue otro que el intermediario para que los mortales pudieran obtener esta joya de la vida que tanto resguardaban los dioses.
El cielo está abierto a la mitad. Desfila una centella de colores en el firmamento. Verde, amarillo, violeta, rojo, azul, naranja y cian; Demon se prepara para su castigo.
—Te hemos dado una parte nuestra para impulsar tu pueblo sumido en la escases, ¿y así nos pagas?
Esa energía, ese Elemento Vital que estaba materializado en una gran roca, debía ser devuelta a los dioses el día que la luna opacó al sol. En aquel día, la Gran Deidad del Fuego volvió a sus aposentos con una réplica del Elemento Vital. Es ahora que Demon tiene a escasos metros sobre sí, a la Gran Deidad del Hielo, la mayor manifestación de frivolidad del ser.
La réplica impacta a los pies de Demon causándole un daño nulo.
—Has burlado a los dioses. ¡Imperdonable! Ni la muerte alcanzará para solventar tu castigo.
Demon es muy devoto a los dioses, sobre todo a la Gran Deidad de la Oscuridad, quien le ha entregado en persona el Elemento Vital. Sin embargo él no ha cumplido con su trato, este ha devuelto una réplica, y de alguna forma debe de remediarlo. En este momento la Gran Deidad del Hielo arde en deseos de venganza arrojándose contra él.
La existencia de Demon está en cuenta regresiva. Al momento de recibir el impacto, al momento de recibir en sus carnes la furia de esta deidad, probablemente todo acabará.
—¡Disparen!
La Gran Deidad del Hielo, es disturbada por una lluvia ascendente de proyectiles plateados. La deidad se parte en pedazos. Demon suspira en alivio, se permite caer de espaldas sobre el suelo.
—¡Restan once! Ni siquiera tuvimos que emplear los puños. Líder Demon, ¿está usted bien?
Son los "Cazadores de Dioses", un grupo de civiles encargados de proteger y eliminar cada fuerza sobrehumana que presente la naturaleza. Estos cazadores, son conscientes que las deidades, sin el Elemento Vital, son como los mortales sin anticuerpos. Sin el Elemento Vital, todos los dioses tienen alguna debilidad elemental.
Demon se pone de pie, realiza un gesto de aprobación a sus colegas, los mortales.
—Bien. Encárguense de fragmentar al enemigo en mil pedazos hasta modificar el estado de la materia—. ¿Cómo está mi hermano?
Marcus, hermano de Demon, había sido advertido por éste que no tuviese contacto con los dioses. Demon temía que su hermano se encontrara con los dioses y fuere engañado con facilidad, por ende, mandó a aislarlo encerrándolo en las Cuevas de Acsibi hasta que cada una de las deidades fuera aniquilada.
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—¡Pandora! ¿Qué haces en este lugar? —Pregunta Marcus— ¿Has venido librarme?
—Algo así —dice ella—. Tu hermano ha robado algo muy preciado a los dioses. ¿Lo sabías? El Juez Universal está furioso con él.