(oneshot) Retrouvailles {taeny}

Retrovailles

Su vida estaba maldecida o bendecida dependiendo de la perspectiva, sin embargo, para ella, vivir tantos años para ver morir una y otra vez a sus seres queridos era horrible, lo peor era que su cuerpo no envejecía teniendo que cambiar una que otra vez de lugar, pero no era la única con aquel destino.

A través de su vida, sus viajes y una infinidad de culturas había conocido a un grupo de personas que vivían aisladas y que tenían el mismo complejo que ella, no poder morir.

Estaba en esa condición hacía un milenio y durante ese tiempo había conocido a la persona que buscaría desesperadamente por el resto de sus días, primero, la había conocido en el reino de Silla, ella provenía de una familia noble donde su padre era parte de los guerreros de élite y su madre una ama de casa excelente en el área culinaria.

Hasta ese momento su vida había sido virtuosa y respetable, era una excelente mujer que por sus características cualquier noble hubiese querido esposar, no obstante, ella no deseaba pretendiente alguno y en vez de ello estudiaba con suma devoción la historia, hasta que la conoció en uno de sus paseos matutinos.

Se llamaba Kim Taeyeon y provenía de una familia de agricultores, era muy distinta a la mayoría de chicas, era de una piel muy pálida, mejillas sonrosadas, ojos penetrantes y cabello negro como el azabache, pero a pesar de su belleza, su vestimenta y rostro estaban descuidados por el trabajo duro.

Se juró así misma ir todas las mañanas a verla y así lo hizo, hasta que generó la confianza necesaria de la chica para pedirle a su madre que por favor le dieran un trabajo menos forzoso "Taeyeon ssi" la joven vestida con ropa limpia y peinada, era fascinante para sus ojos, su corazón palpitaba cada vez que la veía llegar con la bandeja con comida y bebidas para que ella siguiera en su estudio "¿Quieres desayunar conmigo?" la joven miró a su alrededor "Sólo siéntate" ella estuvo de acuerdo y obedeció "¿Por qué quiere desayunar en mi presencia Miyoung ssi?" preguntó Taeyeon con curiosidad, la joven sonrió "Tu presencia es más que suficiente para hacer mejor mi día" sonrió formando dos medias lunas con sus ojos, la otra joven se ruborizó, después de todo tampoco podía dejar de apreciar su belleza.

Llegó la edad en que Miyoung tuvo que dejar sus estudios y los rechazos a pretendientes, su padre la estaba obligando a casarse con un hombre con más años que ella, de buena familia y con poder, pero ella no podía dejar a su fiel compañera, por lo que sólo acepto si dejaban que Taeyeon se fuera con ella.

A pesar que el hombre se veía temible y era respetado por muchos, sólo tenía la intención de contraer matrimonio para tener un hijo, Miyoung era bellísima y de familia noble, además de estudiosa, por lo que encaminaría a sus futuros hijos "Miyoung" ella tragó, odiaba ir a la cama con él "Desde mañana iré a Baekje, espero volver y tener la noticia de que esperas un hijo mío" ella cerró los ojos y con miedo se entregó.

Como todas las mañanas Taeyeon se había acercado con el desayuno para Miyoung, pero no la había encontrado, desesperada salió corriendo a buscarla y la encontró llorando detrás de la casa, su corazón se apretó y fue lentamente hasta ella "¿Está triste porque el señor se fue a batalla?" Miyoung negó y la joven miró a los pies llenos de sangre de la joven "Él fue demasiado brusco... yo... yo" por primera vez desde que se conocían, Taeyeon la abrazó.

Luego de eso, se hicieron más cercanas hasta el punto en que Miyoung supo de su embarazo, ese día volvió a llorar descontroladamente porque no quería ser madre y desde esa noche Taeyeon empezó a dormir con ella en la misma habitación.

Todos los cuidados los hacía ella, los padres de Miyoung a veces iban a visitarla y cuando lo hacían no dormían juntas "Con el bebé sería bueno tener a otra empleada más" Miyoung negó "Taeyeon todavía es joven para ayudarme en los quehaceres de mi hogar, yo me haré cargo de mi bebé" respondió determinada "Además todavía te tengo a mi lado madre" ella apretó la mano de su madre con cariño generando en la mujer empatía y orgullo "Y también está mi padre, para regalonearlo" él hombre sonrió y asintió.