Prólogo

8 4 0
                                    

Y justo antes de saltar por esa gran ventana Tabatha recordó otra parte de su vida; una tierna y suave mano femenina le acariciaba su suave e infantil rostro, el sol iluminaba en todo su esplendor y su tierna calidez era disminuida por las grandes ramas del sauce bajo el cual se encontraba, esa mano, ese brazo, aquella cara que estaba oscura por el efecto de contraluz, todo el cuadro le parecía familiar, pero no recordaba quien era, sin embargo un ligero movimiento de las ramas dejó pasar la luz necesaria para ver esos ojos color canela claro, era ella, su madre, Emily, aquella dulce mujer que amó desde el primer momento, aquella que le enseñó todo lo necesario, aquella que le entregó su amor incondicional, aquella que murió en el accidente de carro intentando proteger a su pequeña e inocente hija. Tabatha volvió a la realidad mientras sus lágrimas, obstinadas a seguir la leyes gravitatorias, rodaban directamente al cielo, algo lógico si tomamos en cuenta que la chica caía a una velocidad inmensa desde el décimo octavo piso del hospital, las consecuencias serían fatales, sin embargo Tabatha mantenía sus ojos cerrados esperando el impacto con el suelo y a pesar de sus rápidos cálculos el momento aún no llegaba, esperó un poco más, pero nada, al abrir los ojos se dio cuenta de la situación; estaba detenida, como por arte de magia, un instante antes de tocar la tierra, pensó que era una alucinación, volvió a cerrar los ojos, pero al abrirlos todo seguía igual, se intentó mover, pero una grave voz varonil la detuvo.

— Alto ahí Tabatha Marlow, estás detenida bajo el reino temporal — el sujeto hizo una pausa acompañada de un carraspeo —. Tienes que acompañarme para discutir un asunto de suma importancia.

Tabatha, atónita, levantó la mirada para ver de dónde provenía esa voz; zapatos negros impecablemente limpios y brillosos, traje gris con delgadas líneas negras el cual estaba hecho a la medida y perfectamente planchado, camisa blanca con pajarita negra, tez trigueña clara, ojos verdes y cabello marrón oscuro precisamente engominado, debía redondear lo 20 o 21 años al igual que ella. Infinitas ideas pasaban por su cabeza en ese momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InfinitumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora