Mi nueva casa

14 3 0
                                    

Cuando salí de ya mi antiguo instituto fui directa a mi casa donde recordaba que me había olvidado mi collar favorito, un pequeño corazón, dentro había una foto de Kali, Daniel y yo abrazándonos. 

 Iba rezando dentro de mi Seat Ibiza para que mis padres siguieran en casa y me abrieran la puerta para que yo pudiera coger mi maravilloso collar, ya que yo no tenía llaves de casa, así eran mis padres. 

Cuando llegué, gracias a Dios, seguían organizando todo dentro de lo que pronto iba a ser mi antigua casa. Di tres toques suaves en la puerta y abrió mi padre.

-Te dije que no te olvidases nada y que ya te íbamos a recoger al instituto directamente- ni siquiera me había dicho "Hola" y ya me estaba regañando.

-Perdón papá- le conteste como si me arrepintiera mucho ya que si no la bronca sería peor- es que se me ha olvidado mi collar y no quería que se quedase aquí tirado y lo encontrasen los nuevos inquilinos- fue la mejor respuesta que contenía la verdad que llegó a mi cabeza en ese momento. 

-Vale, pero será mejor que esto no vuelva a pasar- siempre decía lo mismo.

-Que haces aquí Madi- me dijo mi madre cuando iba hasta mi habitación.

-No te molestes papá ya me ha dicho todo lo que me podríais decir cada vez que hago algo mal- dije  haciendo un gesto de"déjalo correr" con la mano.

-No le respondas así a tu madre- ya estábamos otra vez.

-Lo siento papá no volverá a pasar- le dije eso para que me dejasen en paz ya.

Entré en mi habitación y vi mi colgante en la cima de mi mesita de noche. Gracias a Dios, con tanto ajetreo estaba dudando sobre donde lo había dejado. 

¿Quieres saber la dirección de la nueva casa y así vas tirando tu para supervisar que toro está bien? - eso sonaba como una pregunta pero yo sabía de sobras que eso de pregunta tenía poco. Era una obligación que me acababa de asignar la "maravillosa" persona que era mi madre y si no la cumplía mis discusiones y las alteraciones de mis padres durante ese día iban a ser peor que hasta ahora. 

-Claro mamá- dije intentando no mostrar mi tono de enfado mezclado con mi ironía tan espontanea y habitual que siempre me metía en líos.  

- Es en la calle NW Florida Ave numero 20- que sonaba a difícil de encontrar.


Salí de mi casa y dos horas después de que me encontré con una casita como las típicas que dibujan los niños pequeños, con un tejado de pizarra, con lo que parecía un desván arriba y la planta baja con dos persianas bajadas en cada una de estas dos plantas.  Mierda, mis padres se habían olvidado de darme unas llaves. 

-Hola- cuando levanté la mirada mis ojos se toparon con la figura de un chico de una estatura un poco mas alta que la mayoría de gente. Llevaba unas deportivas negras, unos tejanos azules y una sudadera negra. Tenía unas facciones suaves, unos ojos verdes preciosos y un cabello un poco rizado color negro un poco claro, no os penséis que era gris, son colores diferentes. Estaba buenísimo.  

-Hola- le contesté intentando no parecer muy sorprendida al ver lo guapo que era.

-Que haces aquí fuera?- me preguntó el chico.

-Es que me voy a mudar y mis padres me han mandado para revisar todo, el problema es que se han olvidado de darme unas llaves- le contesté- por cierto me llamo Madi- quería socializar un poco ya que no tenía mejores cosas que hacer.

-Yo me llamo Scott, encantado- me dijo dándome la mano.

-Vas al instituto de Bend?- le pregunté para hacer amigos antes de entrar a la posible selva que iba a ser el instituto.

-Claro, es el único instituto hay por aquí cerca-.

- Que bien, porque al ser nueva tengo miedo de no llevarme con nadie-.

- Tranquila, el instituto es un poco agobiante pero no está del todo mal-.

- Tengo miedo de no saber hacer amigos- le confesé.

-Pues no lo vas a hacer muy mal porque ya tienes uno- me dijo- ¿quieres que te acompañe un acompañarte hasta que vengan tus padres? - me ofreció.

- ¿Si no te es molestia?-.

-Claro  que no, vivo a tres manzanas-.


Estuvimos charlando unas dos horas hasta que vi a lo lejos el coche de mis padres.

-Ya están aquí le- dije a Scott.

- Mañana nos vemos entonces- me dijo. Y se alejó andando.


-¿Que haces aquí fuera?-  me preguntaron mis padres a la vez.

-Es que no me habéis dado las llaves-.

-Perdón- me dijo mi padre creo que era una de las pocas veces que me lo decía.


Lo ordenamos y lo colocamos todo. Cenamos y nos fuimos a dormir.   Tenía unas ganas inexplicables de ir al instituto al día siguiente. Esa noche me pareció tener un sueño un poco extraño del cual no me acordaba.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Que os parece?

Unos padres odiosos ehh y que suerte ha tenido de encontrarse y conocer a Scott y de que le haga compañia. 

Espero que os guste y os enganche. 



Mi nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora