ÚNICA PARTE.

28 4 0
                                    

—¡Pero tengo todo preparado! —exclamé—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




—¡Pero tengo todo preparado! —exclamé—. La locación, la comida, la decoración, ¡mi vestido es precioso! Mi mamá se encarga de los últimos detalles y Lisa, mi mejor amiga, decidió regalarme los zapatos, así que debe estar por ahí buscando en alguna tienda. O eso es lo que espero.

—¿Y lo celebrarás el día de San Valentín?

—¡Sí! Lo he soñado desde que tenía diez años... espero que mis hermanos no lo arruinen... en mi último cumpleaños intentaron hundir mi cara en el pastel, pero terminaron fallando e incendiaron el cabello de mi tío Henry porque ni alcancé a soplar las velas. El video se hizo viral, seguramente lo encuentra en YouTube o algo así —conté con nostalgia. Aunque fue una tragedia al comienzo, terminó siendo una anécdota entrañable.

—Oh —murmuró la señora a mi lado con preocupación—. Espero que esta vez logres tener una celebración sin incidentes, serán tus primeras y últimas quince primaveras después de todo.

—Así es, espero que salga todo genial... ¡aunque me falta pareja! ¿Cómo cumpliré quince años en San Valentín sin un chico a mi lado? Me niego... quiero fotografías bonitas. Aunque sé que conmigo es suficiente, deseo poder mostrarles a mis nietos fotos con el que pudo ser su abuelo, ¿no cree que sería algo lindo?

—Sería adorable, podrías consultarle a alguno de tus amigos, ¿no?

—Todos tienen novia... supongo que tendré que poner afiches en las calles o algo así, aunque eso sería muy ridículo —murmuré—. Oh, eso se siente bien —le mencioné a la mujer que hacía mi pedicure.

Mamá ya estaba harta de mí mientras comprábamos las últimas cosas para mi fiesta de la próxima semana, por lo que me dejó en este salón de belleza para que me relajara, así ella iba a hacer las cosas solas sin que yo la exasperara.

Resulta que fue una buena decisión, pues ahora yo tendría pies suaves y bonitos y además había conocido a una señora amable que también era clienta y estaba dispuesta a escucharme. Yo siempre salía ganando.

—¿Y no tienes algún exnovio? —preguntó la señora de quien aun no sabía su nombre, a pesar de que estabamos hablando desde hace casi dos horas. Ella estaba sentada a mi lado mientras otra mujer masajeaba sus pies.

—Ni siquiera he tenido novio... he ido a varias primeras citas, pero por alguna extraña razón no logro hacerlos quedarse para una segunda, ¿cree que hay algo malo en mí?... olvídelo, no hay nada malo conmigo, son ellos los patanes que no valoran a una mujer segura de sí misma, ¿no?

—Eso creo...

—¡Y mi primo lejano Octavio es un patán también! —exclamé interrumpiéndola—. Lo llamé para que me hiciera ese favor y jamás me contestó. Me demoré más de tres horas en encontrar su número y el tonto ni caso me hizo... pero no importa, soy una niña guapa y encontraré a algún sujeto que quiera ser mi pareja... ¿usted no tiene algún hijo?

Quince primaveras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora