Capítulo único.
Abrió los ojos lentamente. Su cabeza aturdía. Cerró los ojos por unos segundos y los abrió, sus ojos se enfocaron a su prima.
Soltó un grito que no fue escuchado gracias a la mordaza que traía en su boca. Sus manos estaban atadas, sus pies también. Su prima estaba igual que ella.
Entonces lo recordó; al chico de cabello negro, con tatuajes en su piel, su vestimenta de chico malo, su rostro de Dios griego que les pidió la hora. Su rostro era hermoso, casi como una chica, mostraba ternura con cada gesto que hacía que no pudo negarle la hora. Después de eso no recuerda nada.
Su cuerpo duele, como si hubiera corrido un maratón el día de hoy.
Su prima se removió, vio sus ojos asustados, con lágrimas en ellos. Sintió un pequeño tirón al verla así. La puerta de la habitación fue abierta.
El chico de tez morena sonreía con malicia al entra en la habitación.
Ella lo miraba con furia.
—Me alegran que hayan despertado...— su voz sonaba ronca, que la hizo temblar de miedo.
Zayn la miró y sonrió más todavía, la chica lo miraba enojada y eso le gustaba, le gustaba las personas así, disfrutaba más torturando a esas personas.
Se acercó a ella y la tomo por la barbilla—. Voy a divertirme mucho con ustedes—los ojos de la chica mostraban atrevidos, como si dijera que se atreviera a hacerlo.
—Tranquilas, en un momento más y jugaré con ustedes—y salió de la habitación.
La chica miró a su alrededor, buscando algo puntiagudo o filoso para cortar la soga de sus muñecas. Su vista se fijó en una vela que estaba encendida, su mirada en la flama, debatiendo si hacerlo o no. Miró a su prima quien sollozaba hecha ovillo. Tomo impulso varias veces hasta que pudo ponerse de pie, saltando y tambaleándose pero llegó hasta la vela, se volvió y acercó sus muñecas hacia la flama de la vela, con algo de inseguridad por no saber dónde estaba. Hasta que sintió el ardor en su mano y olió a algo quemado. Gimió de dolor mientras se derretía parte de la soga. Evito gritar varias veces.
Suspiro aliviada pero aún así con el ardor en sus muñecas, sus manos quedaron libres. Quitó la mordaza de su boca y la de sus pies, corrió hasta su prima.
—No grites, voy ayudarte—su prima asintió. Se apresuró a desatar la—Vamos, vamos antes de que vuelva.
Ayudo a su prima levantarse, con pasos lentos y apresurados salieron del cuarto donde las tenían. No tenía llave y eso era algo sospechoso. Caminaron por todos lados sin hacer ruido. Sus ojos se abrieron en grande y podría gritar de felicidad al ver la puerta que les daría la libertad. Tomo la mano de su prima y salieron por esa puerta. Sus pulmones se llenaron de aire que para ellas significaba libertad. Sin embargo tanto como su prima y ella son tomada por al brazo.
—¿A dónde van?
—¡Déjanos, por favor!— imploró la chica.
Zayn río con malicia—. Nunca son mis juguetes ahora.
Escuchar a su prima llorar le rompió el corazón, con todo el valor que junto. Con su puño le pega en el estómago de Zayn. Este suelta el agarre en ellas para tocarse el estómago.
—¡Corre, Mariana, corre!
Su voz sonó temblorosa pero lo suficiente alto para que su prima reaccionara y comenzada a correr.
Sus pies se movieron algo lentos pero comenzó a correr.
—Huye todo lo que quieras, pero voy a encontrarte— su corazón latía rápido a causa de correr pero más por lo que llegó a escuchar. Pero no le importó, siguió corriendo. Al dar la vuelta se encontró a su prima quien respiraba pesado. Se detuvo y miró hacia atrás temiendo de que Zayn viniera atrás de ellas.