Capítulo Único

12.7K 950 547
                                    

El embarazo de Remus iba viento en popa, sin embargo, el que más había sufrido era Sirius Black, teniendo que acceder a cada capricho que tenía su omega, Remus tenía diversos antojos y de las cosas más extrañas, pero lo que más tenía de los nervios a Black, eran sus diversos cambios de ánimo, podía pasar de la risa al llanto, posteriormente al enojo y luego otra vez a las risas, y él, él se sentía al borde de una crisis de pánico.

— Sirius te dije que no tenías que molestarlo — explicó Draco de forma calmada mientras bebía su té, Harry estaba a su lado, tenía su cabeza apoyada en las piernas de su omega mientras este con una mano acariciaba sus cabellos.

— Padrino ¿acaso no tuviste educación sexual? — preguntó Harry divertido, comiendo de las varitas de regaliz que Draco le estaba ofreciendo — no se debe molestar a un omega en estado cuando está en su nido, ni siquiera su alfa lo puede importunar — el azabache se estaba burlando abiertamente de Sirius.

— Ya te quiero ver Potter en unos años más, tu omega te hará llorar sangre — le gritó Black enojado mientras abandonaba a la joven pareja que había estallado en una carcajada.

Pese a ser abril, es decir, meses de clases en Hogwarts, Harry y Draco gracias a un permiso especial de Dumbledore tenían permiso algunos fines de semana para abandonar la escuela. Ellos iban a acompañar a Remus, especialmente aquellos días en que Sirius y James tenía trabajo en el ministerio y Lily turno en el hospital de San Mungo, los chiquillos aprovechaban de que su tío les enseñara las materias en las cuales tenían dificultades ya que ambos querían terminar la escuela con notas de excelencia, Draco quería ser medimago y Harry un auror.

Sirius se acercó con cuidado hasta el nido que su esposo tenía en un rincón de la gran habitación, estaba hecho con ropa de ambos, aunque principalmente habían camisetas del animago, al parecer su hombre tenía cierta debilidad por su aroma, el rizado no pudo evitar dar una sonrisa, jamás pensó que su Remus se atreviera a ser padre y ahora estaban a solo un par de días para tener un cachorrito o cachorrita entre sus brazos.

El licántropo escuchó los pasos de su esposo, estaba avergonzado por la forma en la cual le había gritado, pues lo había insultado e incluso le había soltado algunos golpes. Sin embargo, ahora tenía deseos de acurrucarse en su pecho y ser mimado. No aguanto más y se lanzó a sus brazos, rápidamente hundió su nariz en el cuello de su alfa y comenzó a restregarse el lugar mientras sentía como su hijo o hija se movía en su vientre, el pequeño o la pequeña siempre se movía ante la presencia de Sirius, sobre todo cuando este soltaba una ronca carcajada como la que había expresado en ese momento.

— Todo bien Moony, tranquiló — le besó los labios con mucho cariño — estaré de vuelta en un par de horas, te dejo en buenas manos, los mocosos quedaron en el salón.

— No te vayas — Remus empezó a gimotear mientras soltaba feromonas cargadas de tristeza que hicieron que a Sirius se le estrujara el corazón.

— Bebé, volveré en un par de horas — lo abrazó de forma dulce — por favor, no te pongas así — comenzó a rogar el rizado — maldito ministro — comenzó a despotricar sacando algunas risitas por parte de su omega, quien estaba colgado de su cuello intentando dar algún beso pero el tamaño de su panza se lo impedía, haciéndolo hacer un mohín sumamente adorable.

Finalmente, Sirius tuvo que escapar antes de que Remus lo tentara a quedarse en su hogar, en el pasado su omega lo había hecho más de una vez, una sonrisa boba apareció en su cara al recordar las muchas escusas que tuvo que dar en el ministerio cuando aparecía horas después, con el cabello revuelto y los labios hinchados. Pero sabía que si llegaba a faltar a aquella reunión tan importante, el ministro no estaría muy contento, y definitivamente no quería más problemas luego de los que había tenido hace un par de semanas.
Se despidieron de un último beso, rozaron sus narices y aspiraron sus aromas una última vez, Sirius se fue con un chasquido dejando una juguetona nalgada en su omega, quien soltó una risita y dio un largo suspiro mientras acariciaba su abultado vientre.

Saga Omegaverse HP: ¿Cómo nació Teddy? (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora