|Nueve|

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Durante la mañana había llegado un vuelo procedente de México y Hoseok ya se hallaba en la terminal esperando a uno de los pasajeros

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Durante la mañana había llegado un vuelo procedente de México y Hoseok ya se hallaba en la terminal esperando a uno de los pasajeros.

No pasaron más de veinte minutos cuando ya había un chico delgado y con tres maletas corriendo hacía él con una sonrisa plasmada en su rostro que nada ni nadie del mundo se la iba a quitar. En cuanto estuvieron los dos juntos, el chico recién llegado ya había tirado las maletas y ahora se hallaba devorando la boca de Hoseok con desesperación pero más que nada con un amor que Hoseok no estaba seguro de corresponder.

—Por fin juntos. —suspiró él chico cuando cortó el beso. —¿No me vas a preguntar como me fue?

—Taehyung, ¿Dónde está el guardia con el que ibas? —preguntó Hoseok evadiendo la pregunta del omega.

—Oh bueno, tuvimos que escapar de un operativo y una bala perdida lo hirió. Pero yo estoy bien.

—¿Y el otro que envié?

—Tuvimos problemas para salir del país con los caramelosdijo a modo de clave refiriéndose a la droga.

—Camina rápido. —ordenó Hoseok para luego tomar las maletas y caminar hasta la salida.

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Yoongi retrocedió con miedo rápidamente cuando Lucas disparó a un costado de él. Un comandante  que siempre se mostró firme y frío hoy se encontraba asustado y con ganas de gritar por ayuda pero la voz no le salía y eso le molestaba de sobre manera. Odiaba verse aturdido y débil frente a un alfa pero no podía hacer nada contra eso, no cuando recibió una muy fuerte patada en el estómago, la cual lo hizo toser y apretar la mandíbula por el dolor.

Era uno de esos días en los que absolutamente nada salía bien por más que lo intentaras, por más positivo que fueras.

Yoongi estaba bajo la lluvia arrastrándose pecho tierra en el lodo ya que era la única manera de entrar a aquel terreno donde se encontraba su hermana, era tanta su desesperación por encontrarla que ni siquiera se percataba de  que tenia una gran herida en su brazo, dolía pero era capaz de ignorarlo, ese dolor punzante no se comparaba con la desesperación que sentía, el enojo y la impotencia por no haberla defendido de aquellos que le hicieron daño. Su hermana llevaba un mes desaparecida luego de que saliera con su novio durante la noche, cuando le informaron a Yoongi del secuestro de su hermana movió el mar y la tierra para encontrarla con vida.

Cuando salió del lodo siguió corriendo hasta donde debería de estar ella, diviso una caballera castaña con finas lineas púrpuras adornándolo logrando que resaltara entre los matorrales, definitivamente era ella. Corrió lo más rápido que  sus piernas se lo permitieron pero, cuando llego estas tambalearon hasta que se arrodillo.

Era muy tarde para salvarla.

Fue la primera vez que se sintió inútil, como se suponía que defendería a miles de civiles si no pudo defender a una sola persona. Sus lágrimas de frustración y dolor comenzaron a rodar por sus mejillas quemando su piel con cada gota.

La tomó entre brazos y la apretó contra su pecho buscando la manera de brindarle calor y que dejase de estar fría, que ese color rosado tiñese de nuevo sus mejillas, que volviera a salir de sus labios aquella palabra que tanto deseaba escuchar Yoongi en esos momentos...

"Hermano, siempre estaré contigo."

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Cuando él comandante tosió, una mancha carmesí tiñó el suelo. Se llevó los brazos hacia su estomago abrazándose a sí mismo queriendo parar el punzante dolor en dicha área y frenar los constantes golpes que Lucas le daba cada vez con más fuerza.

Él contrario se burló de él al verlo en ese estado y siguió golpeándolo hasta que el estruendo de una fuerte detonación le obligó a hincarse  y cubrirse mientras el suelo se remecía suavemente y un par de cosas caían a su alrededor. Al parecer no eran los únicos que seguían peleando.

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—Solo quiero que vayan por ellos dos, pero si uno de estos idiotas se atreve a lastimarlos, tienen permitido usar arma de fuego.

Aquella orden resonó en las mentes de los oficiales que se hallaban tenidos sobre el suelo, con un debate entre heridas graves o la muerte gracias a la granada que provocó que unas cuentas cajas que se hallaban en el lugar comenzarán a hacer combustión y esparcieran poco a poco las llamas.

Kwan intentó levantarse para encarar al hombre que había llegado al lugar con vestimenta obscura, una máscara negra que le cubría la parte inferior del rostro y una boina, mientras que en su espalda llevaba una pequeña mochila, no había llegado solo pero el otro hombre, con la misma vestimenta y el que dio la orden, se había retirado a la parte de arriba.  Los ojos marrones de aquel sujeto viajaron hacía Kwan observando como este se acercaba a él con lentitud y dificultad.

—Ni un solo paso más, Comandante. —dijo él hombre. —No ponga en riesgo más vidas de las que ya hay, deje que mis hombres hagan su trabajo y seguramente todos volverán a casa.

Cuando el hombre terminó de decir eso se retiró la mochila y se la lanzó al Comandante, este la tomó con dificultad y con nerviosismo, al pensar que podría tratarse de un explosivo la lanzó lejos de él y de sus oficiales para luego mirar al contrario con molestia.

—Valla, parece que ustedes son los oficiales más honestos. —comentó con burla el hombre. —Rechazó una gran cantidad de dinero, Comandante.

—Van a pagar por esto.

—Hasta que ese momento llegue nosotros nos seguiremos divirtiendo interfiriendo en su trabajo por la justicia. —dijo para luego dejar escapar un suave risa.

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Luego de que Lucas se levantara del suelo su mente comenzó a trabajar más rápido al igual que su cuerpo, pues sin pensarlo más de una vez sacó una navaja que guardaba en su bolsillo y con ella apuñaló a Yoongi, unas cuantas veces.

Luego que su abdomen fuese apuñalado una vez y las otras veces en otros lugares de su cuerpo, todo se volvía barroso para él comandante a medida que la sangre abandonaba su cuerpo, había destellos de luz que se fueron convirtiendo en fugaces alucinaciones hasta tenerlo delirando. Su cuerpo luchaba por mantenerse con vida incluso cuando la sangre no dejaba de salir de aquellos cortes, sus jadeos provocaban ardor en sus pulmones y las lágrimas de agonía no se hicieron esperar, mojando su rostro haciéndolo lucir miserable.

—Él mejor comandante de Seúl esta llorando y suplicando, eres patético. —escupió su adversario.

Él comandante estaba cediendo ante él dolor dejándose llevar por la muerte, sus párpados se sentían tan pesados que finalmente cerró los ojos mientras apretaba la mandíbula con dolor. Su cuerpo se estaba cansando y había aceptado la perdida de sangre. Estaba listo para morir luego de haber agonizado, solo que no contaba con que alguien fuese a ayudarle.

—Suficiente, dejalo. 

—¿Q-Quién...?

Su voz salió en un fino hilo apenas audible, sus jadeos se hacían menos constantes y finalmente todo se volvió obscuro. Si esa sería la forma en la que moriría estaba dispuesto a suplicar para que nadie fuese a visitarlo en el cementerio, no quería que fueran a ver a un omega que luchó por siempre aferrarse a ser como los alfas, un omega que paso sus últimos minutos de vida llorando y delirando miserablemente, no quería que lo recordaran así.

 ❝𝚃𝚑𝚎 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚌𝚎𝚖𝚊𝚗 & 𝚃𝚑𝚎 𝙲𝚛𝚒𝚖𝚒𝚗𝚊𝚕❞ ➻ 𝙷𝚘𝚙𝚎𝚐𝚊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora