Mientras Harry iba a ver al ministro como le dijo Mcgonagall. Draco se puso pálido de lo que estuvo haciendo durante ese tiempo que pensaba en Harriet hasta que supo que era San Potter en otro cuerpo.
-Como que esa belleza es San Potter, no puede ser. Seguro que es una broma o esa mujer se ha vuelto loca al final. – grita en medio del Gran Comedor y todos se giran a verlo. Es ese momento, Blaise habla.
-Bueno eso explica porque ibas detrás de ella siempre y tratabas de coquetear con ella. Debí haberlo sospechado, siempre vas o te peleas con Potter como si tuvieras un imán pegado a él. Porque amigo eso no era normal. Amigo creo que tienes una cosa o vínculo con él. – dijo con voz de broma. Algunos se aguantaban las risas, otros se carcajeaban bien fuerte. Lo que dijo Blaise es verdad.
-Blaise idiota no digas tonterías, no siempre voy detrás de Potter y no se que imán dices tu que tengo con él. No es verdad. Potter no es como Harriet es linda, inteligente aunque se junte con los leones y esas comadrejas, ella es diferente de él. Potter no es más que un idiota sin cerebro, que tiene aire de grandeza y arroga…. – no pudo continuar porque George se había abalanzado sobre él y le estaba dando puñetazos en la cara y Draco trataba de darle a George también, a duras penas le daba alguno.
Los demás estaban animando a ellos dos, mientras que otros fueron a buscar a los profesores para que parasen esa pelea. Se oía que se estaban insultando o algo así, porque con el griterío que había allí no se podía escuchar nada. Draco tenía heridas en la cara y el ojo hinchado y George tenía un labio roto, le iba a dar otro puñetazo. Cuando se hizo un silencio total en la sala y el ambiente se volvió pesado, casi no se podía respirar o moverse mucho. George trago saliva, conocía esa sensación, giro lentamente la cabeza y vio lo que le perseguiría toda su vida.
Todos los del Gran Comedor se pusieron pálidos y se alejaban de la recién llegada, como Moisés en el mar. Detrás de ella estaba alguno de los profesores, ellos estaban como sus alumnos, conocían muy bien la furia de una mujer pelirroja. Lo habían sufrido con su madre en algún momento cuando ella reñía alguno de los alumnos o amigos de su marido, hasta a su propio marido. Estaban sudando. Harriet tenía fuego verde en sus ojos que si te mira te derrites y la cara estaba en una mueca de enojo total, que algunos estaban rezando para nunca tener esa mirada dirija hacia ellos y otros nunca jamás en su vida ponerse en el lado malo de ella.
Nota del capitulo
Capitulo escrito por VickySperanza esta adorable personita lo escribió
Gracias
