Odiaba esto. Odio tener este horroroso vestido color rosa chillón con un gran escote que no me agradaba y que por poco deja mis pechos al aire. Odio tener que mostrar mis horribles piernas. Odio tener que sonreír falsamente a las cámaras.
Sí, amo cantar, sí, amo a mis fans, pero no me gusta eso de fingir ser alguien más, una plástica.
Caminé con una sonrisa de gato por la alfombra roja, caminaba lentamente y finamente, como una estrella lo hace. Una estrella deprimida. Hice un saludo con mi mano derecha mientras que con la izquierda sostenía el vestido. Una fan me llamo gritando mi nombre, claro que todas lo hacían, pero ésta fan tenía algo en particular, ella tenía Cáncer. Me acerqué con una sonrisa, esta vez, sincera.
-Hola hermosa-dije
A la pequeña chica se deformo la cara en forma de asombro, se le formó una gran sonrisa y me pasó un papel y un lápiz.
-¿Me das tu autográfo?-dijo la chica
-Por supuesto-le sonreí
Le firmé el papel, y se lo entregué. Sentía que esta niña necesitaba un abrazo, y que estaba sufriendo mucho por el cáncer que tenía. Así, sin más, le di un cálido abrazo.
-Oh por Dios-dijo con unas lágrimas en sus ojos celestes-Kate, eres tan buena, eres mi ídola y un gran ejemplo a seguir...gracias por el abrazo. Todos rechazarían a una niña con cáncer.
-Yo no, y quien lo haga es un estúpido-me detuve- ¿Quieres venir a los camerinos después, pequeña?
-Y...y...yo s...sí quiero-dijo sorprendida.
-Toma-le di pases- Conserválos, hermosa, me tengo que ir pero te veo en los camerinos-sonreí
Nunca había sentido tanto amor.
Nunca había dado tanto amor.
Ya había llegado mi nominación para los premios, y bueno, gané yo. Tuve mi momento de orgullo, sorpresa y felicidad. Pero a decir verdad, ya quiero ver a esa pequeña. Fui rápidamente hacia los camerinos, para ver si la pequeña, el cual todavía no sé su nombre, estaba ahí, y efectivamente, allí se encontraba.
-¡Pequeña!-corrí a abrazarla
-¡Kate!
Lágrimas corrían por sus ojos, era muy linda, tenía unos ojos muy profundos, y a pesar de padecer una enfermedad tan fuerte, no pierden su escencia
-Toma asiento-le dije
Se sentó en el sofá de mi lado, empezamos a hablar de estupideces. Hasta que yo decidí preguntarle todo, quería conocerla.
-Y...¿Cómo te llamas?-dije
-Elizabeth-suspiró-tengo catorce años
-¿En serio? - Dije - Cuéntame de tI, Elizabeth, dime tu historia.
-Te lo diré porque eres la persona a la que más admiro-dijo un tono bajo- Me descubrieron Cáncer cuando tenía doce, desde ese año, vivo de medicamentos, que por cierto, son valen una fortuna, a mis padres a penas les alcanza para la comida, y yo he pensado en trabajar, pero no puedo por mis condiciones de salud y porque soy menor de edad. Desde ese año empecé con las quimioterapias que me hicieron perder el cabello. A los trece años, caí en una profunda depresión, no salía, no tenía amigas, no comía...hasta que te empecé a escuchar, empecé a escuchar tu melodiosa voz, tus canciones tan inspiradoras. Kate, tú me has salvado.
Tenía los ojos llenos de lágrimas, Elizabeth era tan sólo una niña, que le tocó sufrir lo peor, por Dios.
-Elizabeth-dije con la vo quebrada- Yo...te pagaré los medicamentos
-¿Qué?-dijo ella sorprendida
-No, Elizabeth., lo digo en serio, tú tienes catorce años, debes salir a disfrutar, ir al cine, hacer amigas...y tus padres no podrán pagar eso si siguen pagando medicamentos exremadamente caros, yo te pagaré los medicamentos, mientras tus padres se encargan de que seas feliz.
-¡Oh Por Dios! Kate-se lanzó encima mío y me dio un fuerte abrazo.
Era los más hermoso, ver el el brillo en sus ojos celestes, escuchar felicidad en su voz, ver como su boca formaba una sonrisa.
-Te iré a dejar a tu casa, pequeña, hablaré con tu mamá-dije
-¡Eres la mejor Kate!-lloraba
-Y tú eres la niña más valiente y fuerte que he conocido.
