La que fui, la que hoy soy

Los primeros años

A principio era feliz lo admito, era mi etapa de descubrir el mundo, comenzar la escuela, los primeros amigos y todo lo que eso conllevaba.
Fue duro tener que separarme de mi mejor amiga en las clases, ya que no íbamos al mismo curso, pero el tiempo restante siempre estábamos juntas.
Y nuestras madres se turnaban para llevarnos y recogernos cada día, si un día nos recogía Ana ese día comíamos en su casa y si nos recogía mi madre comíamos todos en mi casa.

No solo comíamos juntas todos los días, sino que la familia X y la mía teníamos una tradición, dos veces por semana hacíamos lo que nosotros llamábamos "cambio", mi hermano y Alex dormían juntos en una de las casas y yo y Andrea dormíamos en la otra, así podíamos dormir juntos los mejores amigos sin ser un rompecabezas para nuestros padres.

Esa tradición duró muchos años, es una de las mejores cosas que recuerdo de mi infancia.

Pero...

Llego un día en el que las cosas comenzaron a complicarse, nuestros padres ya no se llevaban tan bien con Ana y Mario y eso hacía que ya no estuvieran tanto tiempo juntos al igual que Alex, mi hermano, Andrea y yo.

La situación de nuestros padres comenzó a reflejarse en nuestra amistad, la familia X comenzó a tener comportamientos extraños con nosotros, comenzaron con detalles casi invisibles, aveces cuando Alex venía a casa a jugar, al irse faltaban ciertas cosas de casa, nosotros no entendíamos porque tenía esa codicia de quitarnos lo poco que nosotros teníamos, Alex y Andrea siempre tuvieron lo que quisieron, sus padres ambos eran  personas trabajadoras, podemos decir que vivían cómodamente y consintiendo todo tipo de caprichos a sus hijos, pero con el paso de el tiempo me di cuenta de que no era codicia, sino egoísmo, ellos no querían que tuviésemos algo que ellos no tenían, lo querían todo.