Capítulo VII

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AGONEY

Allí me encontraba. Tumbado en mi cama, reflexionando sobre todas las emociones vividas en el día.
Esta noche hay tormenta, y, para colmo, me daba mucho miedo, ya que estaba acostumbrado a que siempre hiciera bueno en Adeje.
Allí estaba, escuchando música, a ver si podía pensar en como contárselo q mis amigos, y, sobretodo, decirlo de manera en la que Raoul no se pudiera enfadar.
Siempre que me encontraba triste, o, cuando no sabía que decisiones tomar, siempre conseguía aclararme escuchando What's Up.
Nunca me ví en esta situación, sinceramente. Siempre había salido con más chicos en secreto, y no entendía porque me preocupaba tanto esto. Quizá era porque realmente había conectado con el, y realmente me había enamorado. No lo sé, estoy hecho un lío. Siempre que hablaba, o pensaba en él, se me aceleraba el corazón de una manera de la que hasta yo me sorprendía. No tenía nada claro. Lo único que sabía era que me encantaba Raoul, que teníamos una conexión especial, que cuando nos mirábamos, éramos solo ÉL y YO; espero que él sienta lo mismo cada vez que me vea, piense en mi o esté conmigo...

Se escucha una puerta abrirse

-Hola Ago... - Dijo Raoul con un tono algo avergonzado

-Hola... ¿Qué tal? ¿Qué has hecho hoy?

-Dije intentando mantener algún tema de conversación

-Nada. Me fuí aal centro comercial con mis amigas, y estuvimos comprando ropa y eso. - Contestó el Rubio

-A ver que te has comprado - Pregunté algo interesado

-Mira. Estos vaqueros rotos, esta camisa rosa, y estos pantalones de vestir. - Dijo mientras se probaba la ropa

Dios. Que culo le hacen esos pantalones. Si es que está buenísimo este tío. No entiendo como le pueden quedar tan bien estas cosas.

-¿Te gusta? - Preguntó el Rubio

-Si. Te quedan muy bien, además, te hacen un cu... Te quedan muy bien - Dije cortando mis palabras para no cagarla más de lo que la había cagado durante todo el día

-¿Que me hacen un qué? - Preguntó interesado

-N-No. N-Nada. Dejalo. Que te quedan muy bien - Dije algo avergonzado

-Ah vale. - Dijo el Rubio extrañado- Y tu. ¿Qué hiciste hoy? ¿Ya te conoces bien el instituto? - Preguntó Raoul interesándose por mi

-Nada. Después de ir a la cafetería... -en ese momento me acordé del momento de las miradas

-¿Ago? Te has parado derrepente - Dijo el Rubio

-No. No. Nada. Es que estaba concentrado en otra cosa- Dije rápidamente- Bueno, pues eso. Me fui a la habitación de Nerea con mis amigas a jugar a juegos de mesa y tal. Nada del otro mundo

Un silencio se hizo en toda la habitación

-Oye, ¿El viernes al final te vienes a la discoteca? - Le pregunté al Rubio

-Si... Ya que van a ir todas mis amigas, no puedo faltar yo - Dijo algo desanimado

-¿No querías venir?- Pregunté algo triste

-Si... Bueno... No se. No tenía muchas ganas; de todas formas, no lo tengas en cuenta. Hoy ha sido un día muy movidito- Contestó

-¿Sí? ¿Por qué? - Pregunté

-N-No. N-Nada importante - Dijo el Rubio avergonzado

-Ah... Vale - Dije triste

La verdad es que esperaba que me dijera que llegó a sentir lo mismo que sentí yo... Pero no fué as

-Bueno, no importa... Supongo que no sería tan importante... ¿Verdad? - Le dije al Rubio

Ví que se empezaba a poner muy nervioso, así que dejé el tema

-Bueno, déjalo. No importa - Dije con un tono más alegre

-Si...Mejor - Dijo Raoul - Oye... ¿Sabes que hoy da tormenta? - Preguntó el rubio

-Si... - Dije asustado

-No te da miedo, ¿verdad? - Me preguntó

-N-No. Q-Que va - Mentí

-Vale. Yo me voy a dormir, que estoy muerto de sueño - Dijo el rubio dandome un beso en la mejilla

-Buenas noches pequeñin - Dije con tono alegre

No me podía creer el que Raoul me diera un beso en la mejilla. Vale que no erampara tanto, pero, para mi si lo era

Pasaban las horas, y la tormenta hacía cada vez más ruido, así que decidí sentarme en el borde de la cama. Miré la hora, y eran las 3:07, cuando Raoul se despertó, y me vió ahí sentado

-¿Ago? ¿Qué haces despierto? - Me preguntó

-N-Nada. Pensar... - Mentí

En ese momento sonó un trueno, lo que hizo que me asustara mucho

-¿Te da miedo la tormenta? - Dijo preocupado

-Pues... Si, la verdad - Dije súper avergonzado

-No pasa nada, es algo normal... - Dijo el rubio - ¿Quieres dormir aquí conmigo esta noche? - Me preguntó

-Vale... ¿Seguri que no te molesto? - Pregunté

-Que va. Además, así me das calor, que estamos en Septiembre, y hace un huevo de frío - Dijo riéndose el rubio

-Esta bien. Cuidado pequeñin... ¡Allá que voy! - Dije tirándome encima del rubio

-¡Cabrón!, ¡Que sigo dormido!, así no me puedo defender bien de tí - Dijo el rubio

-¿Ah si?... Veamos como te defiendes tu... Con cosquillas - Le dije al rubio

-Ago. Como me hagas cosquillas te mato. Que son las 3 de la mañana - Dijo el rubio algo nervioso

-¿No quieres jugar conmigo? - Dije poniendo pucheros

-Ago. No me jodas, que son las 3 de la mañana eh - Dijo riéndose - Mañana seguro que te gano, pero ahora tengo sueño - Comentó el rubio acomodandose

-Está bien. Vamos a dormir entonces - Dije acomodandome yo también en la cama - Descansa pequeño - Le dije dándole un beso en la mejilla.

-Buenas noches canario - Dijo medio dormido

Como no podía dormir, estuve haciéndole cosquillas en el pelo hasta que me dormí. Era una monada, y más, cuando dormía. De verdad que le quiero mucho. Elegí muy bien.

Me lo prometes? - Ragoney Donde viven las historias. Descúbrelo ahora