Prólogo

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¡MALDITA SEA!

Rugí para mis adentros al correr. «Maldita, maldita, ¡maldita sea!» Inquieto y respirando con dificultad apunte eufórico la mirada en distintas direcciones. A donde sea y quien quiera que me fuera a seguir, no permitiré que me encuentre, no ahora. «Gota corrida, no parece que vaya a dejar de llover.»

Plash...pock...pock

El barro salpicando en distintos puntos seguido del sonido de mis pasos frenéticos, a mitad de una muy posible tormenta eléctrica.
Perseguido por el zorro.

¡Shack! ¡Shasck! « ¿Porque...? EN EL MALDITO INFIERNO ¡¿Dónde estoy?! »

Lejos, más lejos, no dejes que te atrape.

― Agh... aaah ― Agitado mire por encima de mi hombro al correr asegurándose por milésima vez que aun, no me habían alcanzado; el aire se condenso como vapor a las esquinas de sus labios.

¡Shack! ¡Shasck! «Aun no, aun-no -repitió- aún no...» di la vuelta en la siguiente esquina en medio de la insistente oscuridad. «Más oscuridad―pensó acelerando más― ¿A dónde he ido a parar?»

Precipitándose desde lo alto del edén nublado, infinidades de gotas de agua impactaban en picada y rebotaban por doquier sobre el pavimento enlodado. Francamente, apenas podía notarlo, no sabía por dónde ni hacia dónde dirigirse, si bien había desarrollado a lo largo de 2 años cierta tanda de musculatura que le permitiera compararse a la altura de atléticos genios como Kacchan o Todoroki-san, se sentía patético porque en un momento tan esencial como este, ni siquiera podía usar One for all: Full cowl-shoot style, ni un 20% del One for all, menos del 1%. Toda aquella energía por la que se había sacrificado, se dreno en cuestión de instantes. «¡Boom!» Ese día... «¡Tienen que irse de una maldita vez! ¡¿LO entienden?! No regresen y-» todos los grandes héroes tocaron fondo como cenizas alrededor de una fogata, extinguiéndose poco a poco. All for One escapo de prisión con más seguidores que antes. «4 millas. Observo atónito cuando su sensei fue arrojado por los aires en esa distancia hasta chocar contra algún edificio» De un solo golpe, la mejor, y con máxima seguridad de todas las prisiones, tártaros, fue destruida en menos de un minuto.

El comienzo, la purga de decenas de héroes que apenas pudieron ponerse en posición de batalla antes de recibir el impacto.

Y quisiera o no admitirlo, estaba escapando. Cerró ambos ojos furioso consigo mismo antes de que alguna de las puntas de sus pies se deslizara por el barro y estuviera tientas de precipitarse al suelo. Se recuperó de inmediato y continúo corriendo. Lo estaban cazando ahora mismo, el propio All for One le estaba pisando los talones en persona. No podía olvidar la sonrisa que le dirigió al declarar que lo atraparía.

... ¡Shack! ¡Shasck!...

Sabiendo que lo acorralarían el cualquier momento, no se permitió dejar de correr. No cuando todo el mundo le había gritado que corriera, incluido All Might.

Respiro con dificultad. Divididos y sin poder advertirlo, la clase 1-A se convirtió en el primer objetivo de más de un centenar de personas, primero Ochako-san junto a Tsuyo, luego poco a poco junto a otros, aun recordaba como Todoroki-san y el fueron con apenas una última ojeada, los últimos en separarse. Luego se encontraría con kacchan hasta separarse sin ninguna otra alternativa. Nunca... nadie olvidaría este día, jamás.

Fijándose a su derecha cruzo la siguiente esquina, sujetándose a trompicones de la pared que lo dirigía a un camino de tierra que a su mirar, parecía casi infinito. «Por supuesto que había peleado, pero eso no fue suficiente» Con la respiración agitada y los pulmones atiborrados de frio, resbalando de nuevo agarro impulso para empujar su cuerpo chorreante de sangre hacia delante.

𝐍𝐚𝐠𝐚𝐫𝐞𝐛𝐨𝐬𝐡𝐢 [Himiko x Izuko] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora