Tsuna era un perdedor, cada día se sentía miserable el tan solo pisar el salón de su instituto, pero ya no le importa desde que nuevas personas llegaron a su vida.Ese Espartano tutor que a pesar de recordarle lo inútil que era, esas palabras no sonaban hirientes en su boca; las lecciones que lo hacía pasar lo hacían olvidar los insultos de los demás y eso por un tiempo lo hizo feliz. Además de que sus amigos, aunque escandalosos, en ellos podía encontrar la felicidad y diversión que nunca tuvo, pero a pesar de eso todavía se sentía inseguro de poder contarles todo lo que pasaba.
Yamamoto, el no lo sabía, que después de hacerse cercano a él los compañeros de su mismo equipo de béisbol lo acosaron, le dejaban leves golpes cuidado que no se viera en su cara. Tsuna solamente le mentía a sus amigos diciendo que eran los entrenamientos de Reborn y si el bebé sospechaba él solo decía que se había vuelto a caer, después de todo era inútil y torpe...por eso le creian.
Gokudera, el tampoco lo sabía, que cada escándalo en el que su peli-plateado amigo se metía, él lo pagaba más adelante. Aprovechaban en el momento que la tormenta desaparecía para lastimarlo igualmente sin dejar rastros en su cara. Pero Tsuna lo soportaba, decía dentro de sí que esos golpes no podían ser peores que los entrenamientos de Reborn, y así lo superaba.
Su guardián de la nube, seguramente tampoco sabia que dentro de las instalaciones de su preciada institución había a un chico siendo acosado sin piedad, el grupo que se encargaba de eso buscaba lugares estratégicos en el cual nadie pudiese enterarse.
Todo esto soportaba por ellos, por que debía ser fuerte. Si quería ser jefe de una familia mafiosa ¿Cómo podría derrumbarse con simples insultos? Eso no es digno de un capo, porque vendrán peores situaciones y no podría seder tan fácil.
Olvidó lo que era llorar, reír, sonreír de verdad y ser honesto con sus seres queridos, no quería preocuparlos por cosas mínimas. Por eso se hizo fuerte para que ellos no sufrieran nada, pero todo eso era una fachada para ocultar su propio dolor.
Sus ojos comenzaron a perder brillo y mostrar determinación, cuidando siempre de no reflejar dolor. Así era ahora Sawada Tsunayoshi, el que lo daba todo para no recibir nada; soportando como un pilar para no hacer caer a los demás, entrenando aún cuando no era necesario y Reborn no pregunta el porque el tanto empeño del castaño de querer superarse, después de todo le beneficiaba.
Las peleas contra personas peligrosas continuaron, jamás se perdonaría por ver a sus amigos preocupados por el. No deberían descubrirlo...entonces ¿Por que? ¿Porque estaban ahí viéndolo llorar en el rincón de aquel salón, con basura encima de él?
Levantó sus ojos claros y temblando sonrió a cada uno de ellos: a su mano derecha, a su amigo friki del béisbol, a su solitario guardián de la nube y sobre todo a su tutor que ahora no tenía aquella maldición. Mirándolo con desaprobación y sus brazos cruzados sobre su pecho.—¿Tsu...na?—
—Ustedes no deberían estar aqui—dijo el castaño con su mirada abajo
—Mas bien...¿Tú qué haces ahí tirado?—pregunto su tutor reprochando ese comportamiento
—Me caí de nuevo, pero ya estoy bien—volio su mirada hacia el azabache, una fría y sin emociones.
—Tsuna, no mientas—hablo está vez Yamamoto
—Estoy bien, mejor deberían regresar a casa y yo haré lo mismo—se levantó y camino en medio de ellos, pero una voz lo detuvo
—Herviboro, habla ¿Desde cuando?—su guardián de la nube que nunca replicaba nada, ahora pregunto.
—¿Desde cuando, que? No sé de que hablas—
no lo miro—Deciml díganos quién le hizo esto—hablo el peli-plateado con temor
—Nadie—apreto sus puños dándoles la espalda
—No te creemos—reborn viendo esa situación volvió a decir.
—¡Nadie! ¡Ustedes no deberían preocuparse porque voy a estar bien! ¡Estoy bien! ¿N-no lo ven?—dijo con voz temblorosa
—No estás bien ¿Porque lo soportas? ¿Por quién haces esto?—hablo su guardián de la lluvia preocupado
—...P-por ustedes—dijo y antes que pudieran replicarle algo, volvió a hablar—Asi que por favor, déjenme seguir haciéndolo—
—No puedes soportarlo todo tu solo—
—Ya lo hago y lo seguiré haciendo, Gokudera—volteo a verles y les sonrió—Voy a estar bien—sus ojos se notaban algo cristalinos, pero nadie volvio a decir nada.
No, definitivamente no estaba bien, sus emociones y sentimientos habían quedado aplastados después de tantos golpes y maldiciones que le profesaban sus compañeros durante esos eternos 3 años de preparatoria.
A pesar de lo mucho que había crecido, sus emociones habían ido a otra parte, jamás regresaron. Tsuna ya conocía el dolor que este mundo le ofrecía, ya conocía lo cruel y sucias que podían ser las personas. Crecio olvidado el cariño que una vez le otorgó su madre, la amistad que recibió de sus guardianes la dejo de un lado y en cambio tomo su lugar el rencor y el odio hacia la gente que le gustaba dañar a otros.
Llevando odio hasta los extremos, provocando que en cada misión como Décimo Vongola ya no tuviera piedad de sus enemigos, que los llevará incluso a rogar por sus vidas. El ya no era el Sawada Tsunayoshi inútil y débil que se dejaba llevar por la corriente, sus propios guardianes se preguntaban donde había quedado ese sonriente amigo.
Sabían que se fue en el momento que lo hallaron tirado y roto, pisoteado por sus mismo compañeros. No pudieron ayudarlo, él lo quiso así, pero ahora se arrepentían .
Ya no conocían su verdadero rostro, todos lo extrañaban incluso su solitario guardián de la nube; sobre todo su mano derecha el que creía saber de su amigo más que todos, pero justo ahora se daba cuenta que no sabía nada.—¿Quién es ahora, Décimo?—hablo en una débil voz hasta agotarse en un susurro.
H a r u h i ~。*゚+
Un nuevo one-shot que espero les haya gustado, entren a mi cuenta donde tengo se historias de KHR
Gracias por leer UwU
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¿Decimo?
Fanfiction...No pudieron ayudarlo, él lo quiso así, pero ahora se arrepentían. Ya no conocen su verdadero rostro, sus guardianes lo extrañaba, sobre todo su mano derecha el que creía saber más sobre su jefe que nadie mas... Pero al parecer no sabía nada del c...