Aquella tarde...

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La lluvia aparece en el momento menos indicado, cuando estás triste y necesitas alegrarte una ráfaga de viento y densas gotas te empañan la vista, la ropa se moja, tus cosas se arruinan, personas inesperadas llegan...

Esa tarde saliendo de la oficina me dirigía a lo que llamaba hogar, un pequeño apartamento lo suficientemente acogedor para dos personas, así que era el doble de acogedor para mí al vivir sola. Llevaba documentos muy importantes conmigo, ciertamente mi suerte es enorme.

Esa tarde llovió.

Mi auto seguía en reparación, aquel accidente pudo terminar con todo a lo que le llamo vida. Milagrosamente no fue así. A veces me pregunto si fue un milagro o una desgracia haber salido ilesa.

Corrí a la cafetería más cercana, era eso o arruinar aquellos documentos. No me gusta estar rodeada de tanta gente, prefiero la privacidad, estar sola y tener mi espacio, lo cual siempre confunden con soledad. 

Pienso que a esta cafetería le va la lluvia, las personas de aquí se ven cómodas. Supongo que con el frío que hay afuera, este es un lugar acogedor. Tan acogedor que se llena de gente inmediatamente. Pido un café y tomo asiento en una de las bancas del fondo. Nadie parece acercarse a esta parte, cuando la lluvia termine todos volverán con lo que tenían pendiente.

Entra una madre con sus dos hijos, parecen felices a pesar de estar mojados hasta los calcetines, luego la madre tendrá un gran trabajo al atender a sus hijos enfermos. Parece que este es el único lugar para refugiarse de la lluvia, el lugar está a más no poder. otra persona entra, ojalá valga la pena, el calor corporal es molesto.

-"El calor corporal es molesto."

Esa voz.

No. Por favor no. Esto no puede estar pasando. Esa voz, creí jamás volver a escucharla, ¿por qué después de todo seguimos así?, tan conectados... ¿Sabrá que estoy aquí?, ¿me habrá visto entrar?, ¿dijo eso para afirmar que era yo? ¿o lo dijo por costumbre, por aquella frase...?

Espero pacientemente otra señal que me indique que quiere hablar conmigo, algo que me diga que es él aunque ya sé la respuesta. La lluvia parece calmarse, no me importa si vuelve con más fuerza saldré de aquí lo más pronto posible. Hay una puerta trasera, significa que me verá.

No importa. Tengo que salir de aquí.

"no me necesitas"

No, no, no, ¡NO! no ahora, no aquí. 

La lluvia se calma, dejo el dinero en la mesa y salgo de ahí corriendo lo más rápido que pueda. La puerta es azotada por el viento. Se vuelve a abrir. ¡No!, es él. Corro más rápido.

-¡Detente! -viene tras mío, no por favor..., no ahora...-.

"yo estaría pudriéndome y tú estarías feliz si así lo quisieras"

Sigo corriendo, los zapatos no me ayudan, casi resbalo, no me importa, seguiré corriendo. Avanzo algunas calles hasta sentir cada vez más cerca sus pasos, la lluvia se intensifica, mis fuerzas disminuyen, pero sigo, no ahora...

"Ella no me niega las caricias que le doy"

- ¡Detente! ¡No sigas! ¡Para por favor!- ese tono preocupado muy pocas veces lo escuché, así como aquella vez...-.

"Estaremos mejor si nos separamos"

- ¡Ahhhhhh!  ¡Déjame!- habría cruzado, me habría ido, quizás nunca lo volvería a ver, pero...

- ¡Vuelve conmigo!

Las fuerzas para seguir corriendo desaparecieron. Y ese segundo en el que tardé para reaccionar le sirvió a él para alcanzarme. Cuando reaccioné era demasiado tarde, me había tomado de la mano. Lo tenía frente a mí, veía después de tanto tiempo esos ojos que me deslumbraban siempre.

"Siempre" es para decir que algo es eterno, sin embargo hay veces en las que se usa para decir que algo durará mucho tiempo, mucho tiempo, no eterno. Cuando me dijiste que me ibas a amar para siempre, fue la segunda.

-suéltame - no lloraré delante de ti, ya no-.

- No hasta que hablemos claramente -siempre admire la determinación de tu mirada, ahora es algo que detesto-.

-ya han pasado varios años, ya no tenemos nada de qué hablar -trato de librarme de su agarre pero no me lo permites, la gente de la cafetería sigue sin salir, al igual que las de las otras tiendas, porque estas calles están vacías y solo estamos él y yo y muchas emociones juntas.

-Si ya no hay nada, ¿por qué huyes?

- si no hay nada, ¿por qué me persigues?

- yo no dije que no hubiera nada, fuiste tú. 

- ¿y qué es lo que hay?, ¿qué quieres? ¿qué haces aquí?, porque no entiendo porqué regresaste -todos esos pensamientos que guardé por tanto tiempo salieron sin que pudiera evitarlo, a pesar de tanto tiempo separados sigues siendo el único que puede alterar todo esto que llevo dentro-.

Siento lágrimas pesadas, quieren caer, quieren salir, quieren ser libres y yo también, pero no derramaré más por él, ya no. Libero mi brazo del agarre, pero él retoma su posición rápidamente.

- Regresé porque tenía que hacerlo 

-¿Tenías?

-Tengo que hacerlo

-¿Qué? ¿venir a reírte en mi cara?

- vengo a intentarlo de nuevo

-¿intentar qué? -al parecer mis lágrimas son muy pesadas...- Han pasado más de diez años -la melancolía le da más fuerza a mis lágrimas para caer-.

-pasaron siete.

-Para ti fueron siete...

-¿Dices que tú sufriste más que yo? -de nuevo a la lucha de poder, no sé cuanto más pueda aguantar -.

-pasaron siete años desde que te fuiste, diez años desde que me enamoré de ti y doce desde la primera vez que te vi -finalmente caen...-.

-vuelve conmigo.

Me abraza, oigo sus latidos, son rápidos, a comparación de los míos que por poco se detenían. Aún con todo lo que pasó entre los dos, sus brazos siguen siendo mi mayor refugio; para la lluvia, para mi soledad...

-lo haría si te amara.

Finalmente me separo de él, la lluvia cesa, la gente comienza a salir, me mira como si fuera a perder algo, pero ya lo hizo.

-me amas- quiere tomar mi mano de nuevo, me alejo-.

-no es cierto, te dije que no lo hacía ¿recuerdas?, lo dije muchas veces.

Fueron demasiadas discusiones, muchas lágrimas, no volveré a eso, no de nuevo.

-¿y qué con eso? Sé que mientes -me alejo, ya no me persigue-.

- Una mentira dicha mil veces, se puede hacer verdad -me doy la vuelta, sigo caminando-.

-Entonces te pediré mil veces que vuelvas conmigo.

y me voy, con un nudo demasiado grande para mi garganta.





¿Volverás?Where stories live. Discover now