Ajedrez.

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Sentado observo el ocaso. El sol qué, junto con tus ojos, se alejan de mi vista.
Podría gritarte pero tus ojos posaron en otro atardecer y tus labios sonríen junto a otras aguas.
Tu forma de hablar cambió pero sólo mis oidos lo persiven, tal vez solo cambiaste conmigo por no ser lo que tu querias. Tus ojos cambiaron cuando abrí mis sentimientos y viste tu rostro reflejado en mi corazón.
Protegi a mi dama más que al rey y olvidé rotundamente el objetivo del juego. Comía sin importar que me comiesen, con tal de verte sonreir. Lo sacrifiqué todo pero al final te perdí,  por que olvidaste que debiamos protegernos mutuamente y como una poderosa y solitaria dama te vi morir.

Noches De InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora