Ese día le dolía tanto el alma, que le sangraba, es como si estuviera llena de una pesadez, sintiéndose una flor marchita, negra y ordinaria, condenada a la oscuridad y sin ninguna afán de mostrar ánimo alguno de aferrarse a ese suelo árido que la sostenía, rota y olvidando lo que es el amor no siente ganas de mirar a su alrededor, para buscar de esos rayos de sol que tanto necesita para florecer y así mostrar su majestuosidad esa que tanto la caracterizaba, bonita, estilizada y muy elegante.
Piensa: ¿qué será? ¿Un mal tiempo? ¿Un mal cuidado? ¿Una tierra seca? En fin, ella Solo sabía que se sumergía en un profundo estado de tristeza, y de dolor, volviéndose rutina y repitiéndose esto, día a día, noche tras noche, llena de incertidumbres y un aura de resignación, se deshojaba y perdía su fuerza , nadie que la regase, o que simplemente la cuidase.
Su única solución, a esta situación, sería esperar, si, solo esperar, el próximo otoño, tal vez esta sería la temporada perfecta para ver crecer nuevos tulipanes, entre los meses de octubre y noviembre, mientras ocurre la transición entre el verano y el invierno.
Esta sería la ocasión perfecta para florecer, y darle un vuelvo a la historia y llenarse de un ambiente lleno de aire fresco y liviano, enseñando su verdadero significado en sus pétalos negros y encorvados, los que en su interior solo albergan sentimientos cálidos como el del amor y la pasión.
Se encuentra inexperta en cómo realizar de manera exitosa todo este cambio que necesita para su florecimiento, llena de expectativas de ese momento lucido en el cual brillaría cual tulipán para regalar a la persona que más se ama, pues ya se encontraba cansada de constantes agridulces, de lo ficticio, recuerdos molestos y enamoramientos ilusos.
Descubre pues, que merece felicidad y no amargura, adentrándose en un estado de florecimiento interno y este le exige, como regla principal que sin amor no quería nada, por el contrario, se ve con el trabajo cultivarse en paciencia, resiliencia, ahora solo quedaba cuidar de ella y procurar mantenerse libre del sufrimiento inútil y de dejarse llevar por el viento que se colaba por sus pétalos acuminados, con un letrero grande que diga, no invadir, no pisotear.
Dar recibir conectar, lo reciproco, lo natural, lo necesario, lo espontaneo, imaginaba a tal punto tanto el amor, que tiene tantas teorías de las cuales muy poco aplico y que en pocas veces sintió y floreció, por el contrario la daño, ahora con tanto miedo amar, pero con ganas infinitas de hacerlo.
No le queda nada más seguro que observar, como el calor del día deja paso al frio de la noche, Esto la llevo a concluir después de todo, que se pueden pasar años sin vivir en absoluto y de pronto toda nuestra existencia se concentra en un solo instante como decía, óscar Wilde, o el pensamiento de Friedrich Nietzsche, el cual es un interrogante ¿cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido en cenizas?
Lo estás haciendo bien, igual mi querido tulipán negro lo que hiciste bien, que lo que hiciste mal y lo que nunca hiciste, es lo que hoy en día eres tú, tulipán negro afligido por las circunstancias, pero volviendo a creer, todo esto, porque sé que te espanta la idea de pensar , en volver hacer ese tulipán negro que tanto la atormenta.