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— ¡Kun!

El mayor abrió los ojos, exaltándose, y terminando de despertar cuando encontró a su pequeño -ni tan pequeño- novio. Éste lo miraba con un puchero muy tierno y el ceño fruncido, reflejando la clara molestia hacia Qian.

— ¿Sí, amor?

— ¡Me prometiste que no te dormirías! —exclamó gritando el menor, cruzándose de brazos.— Duermes mucho.

Kun se lanzó en dirección a Lucas, haciendo que terminaran acostados en el sofá y enredara sus piernas en el castaño, una vez que terminó de acomodarse llenó de besos la cara del contrario. En sus hermosos cachetes, en los rellenos labios, sus divertidos y saltones ojitos, y sin olvidar su nariz en el proceso.

— Eres muy dramático. —siguió con su trabajo de mimar a su novio.— Lucas, no te enojes. —dijo con voz tierna y suave, alargando la letra e.

— No. Me caes mal.

— Lucas, amor, ya hemos visto estas películas muchas veces.

— No te da derecho a dormirte. ¡Es Disney! ¿No tienes infancia, viejo? —entrecerró los ojos. Estaba provocando a Kun.

— ¿Cómo? ¡Sólo soy dos años mayor que tú! ¡Además! —se defendió ante las palabras de Wong, ofendido de ser tratado de viejo.— Fuiste tú quien quiso tener una relación conmigo.

— Ah, claro, ahora yo soy el asalta tumbas.

— ¡Yukhei!

El menor carcajeó y besó a Qian, callando el posible regaño que le daría y lo abrazó fuertemente, sin posibilidad de dejarlo ir. Aunque eso no perdonaba que el rubio se haya dormido con La Bella y la Bestia.

Mañana veremos otra películas, y si te duermes, pasarás la noche con el perro. —demandó una vez que sus labios se separaron para agarrar aire.

Kun lo miró confundido y asustado.— No tenemos perro.

— Entonces dormirás solo, cariño, ahora vayamos a comer algo.

[...]

— Estas avisado, Qian.

— No sé si enojarme de ser amenazado o de qué me trates sin honoríficos. —murmuró viendo al más alto poner la película y acomodarse junto a él, abrazándose como si de un peluche se tratase.— Si me abrazas así no puedo prometer mucho, eres cómodo.

Lucas gruñó de forma juguetona y negó con la cabeza varías veces, pero con una sonrisa.

Pasaban los minutos y las escenas, el menor cantaba las canciones que pasaban y reía con algunas acciones de los personajes animados, sin embargo Kun estaba más concentrado en ver a su novio que a la misma película. Es más, ni siquiera sabía cuál era ni de qué trataba, solo podía ver lo emocionado que se veía el castaño.

— Deja de mirarme y pon atención. —comentó Wong en una escena musical, volteando a ver al mayor.— De seguro no entiendes la película, ¿verdad? Tramposo.

— ¿Lo siento? —preguntó con una sonrisa.

— Qué tipo de disculpa es esa. —pero dejó de mirar al rubio cuando la película siguió su rumbo.

— ¿Entonces ella quiere tener su propio restaurante? —cuestionó cuando por fin se dignó a ver la animación.

Lucas asintió.— Pensé que no llegarías a verla.

— Si quiero seguir mirándote así de hermoso por revivir tu infancia, prestaré atención. —Kun apoyó su barbilla en la cabeza del menor, apretando su agarre en el cuerpo contrario y acercándolo más hacia él.— Por cierto, esa rana torpe es como tú.

— ¿Seguro? Entonces tú eres la rana hembra, igual de terco.

Ambos rieron pero siguieron mirando la película, de vez en cuando dándose algunos besos y sin separarse del otro, dándose calor mutuo en una cómoda posición que los hacía sentirse más cercanos.

Disney Movies!  [LuKun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora