-Disculpe- La vieja enfermera ni si quiera me mira, quizás no me había escuchado -Disculpe-. Ahora me mira con sus antiguas gafas en la punta de su nariz.
- ¿Si? -.
-He encontrado este libro tirado en el pasillo-.
- ¿Tiene algún nombre? -. ni siquiera lo había abierto, lo abro y veo que no es un libro es más bien una libreta... un diario, busco algún nombre, pero no lo encuentro hasta que voy a la parte de atrás.
-Anabelle Stephenson-. Ella empieza a teclear lentamente, me recordaba un poco a mi abuelita, aunque no creo que mi abuela supiese que eran las computadoras, para su cumpleaños le regalaron una televisión 3D y dijo que eso era cosa del diablo.
-Anabelle Stephenson murió el jueves, entonces no puedo aceptarlo sin antes hacer un largo papeleo, si quieres te puedo dar la dirección del único familiar registrado de Anabelle o bien puedes conservarlo niña-. Y que rayos iba a hacer con un viejo diario que encontré en el pasillo de un hospital, no insisto en dárselo, me limito a anotar la dirección que me daba la mujer y vuelvo a la habitación de Hannah, al entrar la veo con un enorme trozo de pastel de chocolate.
-No parece que te hallan acabado de operar-. Le digo sonriente mientras me siento en el sillón que está a su lado.
-Eso lo dice porque no fuiste tú quien no comió en un día completo por una operación gracias a mi apéndice-. Me río.
-Oye no le eches la culpa a tu pobre apéndice, estaba cansado-.
-Sí, si se la hecho, me interrumpió justo cuando me había animado a hablar con Gareth por primera vez después de dos años de un amor secreto, mi apéndice no pudo esperar sólo 5 minutos, así que muchas gracias-. Hannah era mi mejor amiga desde que tenía memoria, era todo lo contrario a mi extrovertida, desorganizada, rubia y bastante alocada, yo por el contrario era introvertida, organizada, de pelo negro y bastante recatada.
- ¿Y ese libro? -. Me pregunta mientras come su pastel.
-Es un diario, lo he encontrado tirado esta mañana en un pasillo desierto del hospital, he ido a una estación de enfermería a dejarlo, pero como no querían hacer un largo papeleo me pidieron que me lo llevara ya que la dueña está muerta-.
-Uhh, ¿lo leerás? -. Niego.
-Es un diario Hannah y dudo mucho que su dueña deseara que lo leyesen-.
-Pero está muerta-.
-Peor aún, eso sería profanación-.
-Deberías leerlo, por algo lo encontraste, quizás su espíritu te lo envió del más allá-.
-Lo dudo mucho, estás en la facultad de ciencias como yo, no deberías creer en esas cosas-.
-Si no hay algo más grande que nosotros y si no hubiese algo más después de la muerte, la vida sería demasiado triste e insignificante, ¿no lo crees? -.
-Sí, pero esa es nuestra triste realidad Hannah, ahora tienes que descansar-. Me paro y le doy un beso en la coronilla, luego apago la luz y salgo.
-Alison-.
-Hola Josh-.
- ¿Cómo está Hannah? -. Josh estaba totalmente enamorado de Hannah, aunque ella ni siquiera lo miraba, era una lástima era un gran chico.
-Ella es Hannah así que está bien, demasiado para estar recién operada-. Él sonríe.
- ¿Puedo entrar o está durmiendo? -.
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El Diario de Anabelle
RomanceAlison Robert, podría ser descrita con una sencilla palabra, simple, no por su apariencia o porque no destacaba entre las demás, si no porque trataba de mantener todo lo más simple posible, aunque el día que había recogido el diario de una desconoci...