Smiles Agent

Amélie, una pequeña de siete años camina por la acera saltando y  riendo, se dirige a su casa, pero se distrae con una pequeña mariposa que vuela frente a ella, ilusionada por atraparla corre tras ella. Sin darse cuenta pasa varias calles, hasta llegar a un barrio bastante diferente al suyo.

Las casas no eran grandes y  coloridas, si no, pequeñas, maltratadas, sucias y malolientes, asustada la niña camina hasta llegar a un árbol y allí toma asiento, suspira, tan solo puede sentir los latidos de su propio corazón, pero un cruel llanto calla a su corazón por unos segundos, curiosa decide seguir el llanto.

Provenía desde el patio de una de las casas, la puerta estaba sin llave, por lo que ella entra sin problema. Una niña de su misma edad lloraba y gritaba. La niña no lucía tampoco como Amélie, la niña estaba sucia y despeinada. Al ver a Amélie la niña dio un pequeño salto de sorpresa.

—Hola — saludó la sucia niña.

—Hola, estás muy sucia— la niña lloró aún más y Amélie se sintió terriblemente mal.

—Ya lo sé, mi hermano me ha  tirado a una zanja, y me ha quitado mi lazo — dijo la niña entrecortadamente   —Era tan lindo  como el tuyo—.

Amélie  tocó levemente su lazo e hizo una mueca, ella tenía muchos lazos en su casa. Después de pensar algunos segundos se acercó a la niña, se quitó su lazo y lo depositó en la cabeza de la niña sonriendo. La niña la miró muy extrañada.

— ¿Qué haces?, es tu lazo —Amélie asintió.

—Ya lo sé, tú lo  necesitas más que yo, yo tengo más en casa —.

La niña sonrió agradecida, Amélie observó el cielo, que ahora estaba naranja, era tarde y muy pronto se haría de noche, supuso que debía irse.

Sin decir nada comenzó a alejarse,  cruzó la puerta y corrió intentando recordar el camino hacia su casa, de seguro la castigarían, pero  se  excusaría diciendo el ‘gran acto de bondad que había cometido’.