Alimentarme de ti

Alimentarme...

No me importa lo que seas, porque tú siempre estarás conmigo.

Ya sea por las cadenas, o porque sin mi serias destruido.

Ahora soy todo lo que tienes.

Tu hogar.

Tu vida.

Tu alimento.

Lo entiendes verdad Peter.

Desde que todo esto comenzó, solo estamos tu y yo.

Tu diste tu vida para salvarme.

Dejaste que esos cabrones te mordieran, aun cuando sabias que yo no valía la pena.

Sabías que yo podría matarlos con mis propias manos.

Aun así, preferiste empujarme, para "salvarme".

Sin saber que solo me condenarías.

Estoy más solo que nunca.

Te tengo frente a mí, encadenado a la pared de nuestro antiguo departamento.

Sabes que, si no me he tragado una puta bala, es por ti.

Sin mi tu morirías de hambre.

Es una suerte que te agrade mi sabor.

Mis manos son tus favoritas, y cuando quiero regalarte mi amor te regalo un gran trozo de carne.

La sazono con lo que puedo encontrar en la cocina y te la sirvo en una bandeja de plata.

Mi pierna parece gustarte bastante, la devoras con tanto ahínco.

Puedo ver incluso una hermosa sonrisa en tu rostro, el cual por cierto tengo que limpiar, pues siempre queda algo de sangre después de comer.

Eres adorable baby boy, tratando de morder mis dedos.

-te daría todo mi cuerpo con tal de escucharte decir una sola palabra-

Tenerte cerca, poder abrazarte por la noche, hablar contigo....

Ya nada de eso me es suficiente.

Sabes alguna vez temí por la muerte, no la mía.

Deseaba tanto morir, pues no tenía nada.

Y entonces apareciste tú.

Me iluminaste como un rayo del sol.

Tan hermoso, inocente y amable.

Totalmente opuesto a mí.

Quizás por eso éramos perfectos el uno para el otro.

Yo alegraba tus días y tu calmabas mis locas ideas.

Te pedí mudarte conmigo y tu sonreíste mientras me sonreías.

Era increíble despertar contigo cada mañana, desayunar juntos, e incluso trabajar juntos.

Me encantaba columpiarme contigo entre rascacielos.

Ir a comer chimichangas y churros.

Escucharte hablar de tus estudios, misiones y amigos.

Tu voz calmaba tanto mis nervios y me excitaba demasiado.

Verte en esas mallas tan ajustadas no ayudaba nada, sabes acaso la cantidad de fotografías que tengo de ti posando en tu traje.

-haaammmbrrreeee-

-lo se mi amor, pero acabas de comer-

En este punto no sé si en verdad me hablas, o es mi jodida mente que me tortura con el sonido de tu voz.

No sabes lo difícil que está siendo esto para mí.

Tenerte con camisa de fuerza y esa cadena en tu cuello.

Pero no quiero que te vayas.

Afuera es peligroso, ellos están afuera.

Cazando a los de tu tipo, tratando de recuperar el mundo.

Ironman lidera el grupo, incluso ha intentado localizarme para pedirme ayuda.

Pero no puedo, me niego a matar a otros que estén pasándolo que tú.

Lo que, si he hecho, es darles mi sangre para que busquen una cura.

Si Banner cree que puede conseguir algo, que lo haga.

Quizás eso te devuelva a mi lado.

Pero en lo que eso pasa, tengo que prepárate para dormir.

Sé que debes odiar el bozal en tu boca, pero no puedo dejar que me mates mientras duermo.

No es que eso me importe, pero si yo muero nadie podrá cuidar de ti.

Sin mi tu morirías de hambre, y me niego a que eso suceda.

Sé que soy yo quien te necesita más que tú a mí, pero ambos sabemos que soy un jodido idiota, uno que te ama incluso en la enfermedad.

Estaría junto a ti, incluso cuando mueras.

Pasaría cada hora del puto mundo junto a tu tumba.

Me conformaría con abrazar tu tumba antes de dormir.

Así que es una suerte que al menos así pueda sentirte junto a mí.

Sé que tratas de morderme y arañarme, pero no me importa.

Sin importar que hagas yo me curare.

Soportare todo el dolor y la soledad, mientras tu sigas junto a mí.

Porque te amo.

-buenas noches Peter...-

Tú te apegas contra mí, y yo te abrazo con todas mis fuerzas.

Después de todo, yo soy el que en verdad se alimenta de ti.